Ogier lideró de principio a fin, pero estuvo presionado por Hayden Paddon la mañana del sábado, cuando su ventaja se redujo de medio minuto a menos de 10 segundos.
El francés abrió pista en más del 90% del itinerario y tuvo que barrer unos 10 cm de nieve fresca en la jornada del sábado, dejando la trazada más limpia y rápida para Paddon, que arrancaba más retrasado.
“Tuve que luchar, quizá, más que nunca para tratar de mantener la ventaja”, ha comentado el piloto de Volkswagen. “Obviamente fue difícil ser el primero en salir con la nieve fresca, especialmente en el tramo de Vargasen. Mi estrategia fue ir a por todas. Arriesgué y no me arrepiento de lo que pasó”.
“Admito que este fin de semana he tenido un poco de suerte y creo que a menudo se necesita un poco de suerte de todos modos si quieres ganar, pero no voy a correr todos los fines de semana como este”.
La demostración de que Ogier estuvo arriesgando al máximo fue cuando realizó una espectacular librada en sexta velocidad y 185 km/h en la segunda pasada por Vargasen. “¡Estaba rezando!”, ha dicho a wrc.com.
“Hice todo lo que puede para salvarlo, pero también necesité la ayuda de un banco de nieve. Era casi una curva a fondo, pero no del todo, y cuando el auto voló este se cruzó completamente”.
“Cuando se ve por televisión es impresionante, pero cuando estás dentro del auto es mucho más aterrador. Fue un gran susto en una de las curvas más rápidas del rallye, así que nunca querrás chocar contra los árboles que están tan cerca”, ha añadido.
Vía WRC
