Mazda RX-7, uno de los deportivos japoneses más populares de todos los tiempos aparece con un propulsor que genera 1000 caballos de fuerza y un sonido espectacular gracias a su dueño David Mazzei.
Su tren motriz en concreto es un 787B, también denominado 26B ganador en las 24h de Le Mans. Según expresa Car and Driver, el dueño quería equipar el deportivo con un motor cuyo sonido recordara los de Fórmula 1.
El proyecto se fue tornando complicado conforme pasó el tiempo ya que el propulsor presentaba problemas como una bomba de aceite con una relación incorrecta, falta de presión, o un excape incorrecto.
Al solucionar los problemas el RX-7 recibió un turbocompresor Work GTX 5593 Gen 2 de 98 mm, con el que genera 1.000 caballos de fuerza y 881 Nm.
Todos los detalles y el modelo en acción se puede observar en el canal de Youtube Hoonigan Daily Transmission.
