La familia del rallismo se ha unido más para buscar el presupuesto y reparar el MINI
En el ámbito de los motores, es común escuchar que el rally es diferente a los demás deportes, que son como una familia. Pues bien, esa frase toma mucho sentido cuando observamos lo que se ha estado presentando desde el accidente de Chris Wilson y Marianela Pereira en Solimar.
Ese día, a su MINI de la clase N2 se le quebró la suspensión trasera y sufrieron un fuerte vuelco, el primero desde que compiten como tripulación. El resultado del accidente fueron daños importantes en el techo, costado izquierdo y la parte trasera del vehículo.
Este equipo es uno de los más limitados en presupuesto y a sabiendas de eso, la comunidad del rally buscó las formas de ayudarlos a conseguir el dinero para la reparación.
El piloto y rival deportivo, Kenneth González, les donó una noche en un hotel para dos personas y Super Salón les donó una canasta valorada en 160 mil colones con diversos productos y una plancha para el cabello. Estos dos obsequios serán rifados este fin de semana y ya todos los números están vendidos.
Varios pilotos, copilotos y allegados al deporte han regalado guantes, camisas, souvenirs, entre otros, para que se realice una subasta en la página de FB Aficionados al Rally con el mismo fin, recaudar fondos.
“Estamos super agradecidos, no tenemos palabras para pagarles esa gratitud, en mi caso me emociona mucho sentirnos tan queridos. Desde el día que nos volcamos hemos sentido esa solidaridad, casi todos han aportado algo y de verdad que le tocan a uno el corazón, somos una familia de verdad”, comentó Pereira.
La copiloto comenta que para Chris este respaldo también lo ha emocionado. “El me dice que esto nunca le había pasado, que es increíble como es la gente del rally aquí. Las personas se ha acercado con buenas intenciones”, agregó.
La idea es tener el MINI listo para iniciar el campeonato el otro año, hasta el momento han podido conseguir la parte trasera pero aún falta el techo.
