¿Es el Dakar 2017 el más duro desde que se disputa hace ocho años en Sudamérica, como lo anunció la organización del rally? Los pilotos que sobrevivieron a la primera semana, marcada por condiciones extremas y una navegación complicada, no lo desmienten, mientras la carrera ofrece un día de descanso este domingo en La Paz.
“Nos dijeron que de llegar a La Paz ya era una primera victoria y eso es lo que pasó”, aseguró el director deportivo del Dakar, el español Marc Coma.
Sesenta y cuatro vehículos, en efecto, habían dejado la carrera al final de la quinta etapa, el viernes entre Oruro y Tupiza, en suelo boliviano, la media de los años anteriores, según el director del Dakar, Etienne Lavigne.
Y entre esas bajas, tres candidatos al título dijeron prematuramente adiós: en autos, el catarí Nasser Al Attiyah (Toyota), que perdió una rueda en una curva tras un fuerte choque, y el español Carlos Sainz (Peugeot), accidentado en un barranco, y en moto el campeón defensor, el australiano Toby Price, que se fracturó el fémur izquierdo al caer a toda velocidad cuando cruzaba un río.
Un punto en común: los tres son calificados atacantes y posiblemente fueron víctimas de su pilotaje agresivo.
¿Navegación o búsqueda del tesoro?
Los organizadores prometieron una navegación más complicada que en las ediciones anteriores, con puntos de control escondidos para validar y GPS con memoria reducida.
Sébastien Loeb, que disputa su segundo Dakar y cuenta con dos victorias de etapa en la presente edición, lo confirma: “El nivel de navegación no tiene nada que ver (con el de 2016). Mucha carrera de orientación, es un poco la caza del tesoro, y los tesoros son los ‘way points’ (puntos de control)”.
Su compañero y compatriota de Peugeot, Stéphane Peterhansel, se manifestó en el mismo sentido: “El año pasado no había casi navegación, había sólo pilotaje y eran los pilotos más rápidos los que iban adelante. Este año la navegación es menos clara y por lo tanto hay altibajos”.
Los favoritos perdieron uno tras otro en la lucha en la clasificación general: cuatro líderes en autos como en motocicletas desde que la carrera largó el pasado lunes en Asunción.
¿Qué esperar en la segunda semana?
“Tendremos tres etapas con especiales de más de 400 km y, de nuevo, la dificultad va a ser elevada”, previno Marc Coma. “Esto también dependerá de las condiciones meteorológicas que encontraremos”, agregó.
En efecto, se esperan más lluvias para toda la estancia de la caravana del Dakar en Bolivia, hasta el martes, y luego de nuevo el sol y el calor hasta la llegada a Buenos Aires el sábado.
Al menú de dificultades, una etapa maratón, durante la cual los competidores no podrán recibir asistencia en sus vehículos, que los llevará de La Paz a Salta, en Argentina, a través del salar de Uyuni -el mayor y más alto (3.660 msnm) desierto de sal en el mundo- en la noche del lunes a martes.
Y el miércoles, la etapa más larga de esta trigésima novena edición del Dakar: 997 km con 406 cronometrados entre Salta y Chilecito, en las estribaciones de la Cordillera de los Andes.
Así, la última semana parece interminable para los sobrevivientes del Dakar.
Por: AFP