En tan solo ocho meses, la vida del joven Jordy Prouteau Calderón dio un giro gracias al Motocross.
Prouteau de 13 años, es hijo de padre francés con 18 años de vivir en Costa Rica, y madre nicaragüense, nacionalizada costarricense. Jordy nació en Costa Rica y pasó toda su vida en playa Santa Teresa, en la península de Nicoya, hasta que su padre decidió vender el hotel que tenían y trasladarse a vivir a Santa Ana.
Fue precisamente hace ocho meses que esto sucedió, y prácticamente al mismo tiempo la pasión de Jordy por el Motocross nació. El joven comenzó a entrenar en la Escuela de Motocross Carmona, luego debutó en el Campeonato Nacional en la categoría Super Mini B, y después de tres fechas ocupa la quinta posición de la categoría.
“Cuando vivíamos en la playa yo le había comprado una moto pequeña y fuimos a una pista, a Jordy le gustó, pero ahora que está en la escuela de Motocross y entrena dos veces a la semana y los fines de semana, para él todo es motocross y motocross, está muy emocionado”, afirmó Olivier Prouteau, su padre.
Su progresión ha sido acelerada, y así se lo ha hecho ver don Oscar Carmona a su familia. Llama la atención que Jordy es el primero que se inclina por las motos, ya que su padre competía pero como copiloto de rally en Francia, de hecho, entre risas, Olivier acepta que por ahí debe venir el gusto por los motores de su hijo.
“El entrenador está encantado, desde que fuimos a la primera carrera en El Zacatal a ahora, Jordy ha rebajado 24 segundos por vuelta, obviamente debe seguir mejorando y adquiriendo más experiencia, pero creemos que con la moto nueva podemos buscar los tres primeros lugares”, agregó.
Y es que Jordy acaba de estrenar una KTM de 85 cc que le permitirá ser más competitivo y tener mayor confianza en la pista.
“El motocross es una escuela de la vida, es cuna excelente disciplina porque tiene que estar concentrado, ser cumplido con los entrenamientos, y eso en un joven para mi es excelente, la moto le ha cambiado la vida”, finalizó.