El italiano lamenta la oportunidad perdida y asegura que se encontraba muy cómodo: “Tenía ritmo y habría podido ganar”.
Mugello (Italia).- Valentino Rossi llevaba muchos años esperando volver a encontrarse en una situación parecida a la de este domingo a mediodía. En Mugello, su circuito de siempre, donde ha ganado más que nadie (siete veces en MotoGP), rodeado de toda su gente y con opciones reales de pelear por la victoria, un objetivo que no alcanza desde 2008. En definitiva, los mejores ingredientes para volver a salir a hombros de su templo.
El relato, sin embargo, se torció en la novena vuelta de la carrera, en el instante preciso en que su M1 reventó y dejó tras de sí una espesa humareda blanca.
Según afirmó después Il Dottore, su moto no le dejaba tirado desde el Gran Premio de San Marino de 2007, una época aquella, el arranque de los prototipos de 800cc, en la que las Yamaha eran mucho más frágiles que los actuales prototipos.
“Es una lástima porque tenía un gran ritmo y habría podido ganar. Desde la pole es todo más fácil”
A la indescriptible decepción que le provocó retirarse delante de sus fans hay que añadirle la murga que le supuso al equipo romper dos motores con apenas unas horas de diferencia.
“Que la moto se rompa en carrera siempre es una gran decepción. Pero que haya ocurrido aquí, en Mugello, supone una decepción al cuadrado”, definió Rossi. “Es una lástima porque tenía un gran ritmo y habría podido ganar. Desde la pole es todo más fácil, pero es que además me sentía muy cómodo”, añadió.
Aunque los técnicos de Yamaha abrirán los motores estropeados para realizar un diagnóstico más al detalle, Rossi explicó que el problema de su propulsor era de la misma naturaleza que el que le sobrevino a su compañero por la mañana.
“Los datos no muestran un problema de temperatura. Me inclino a pensar que debe ser una remesa que ha salido mal por alguna razón, puede que alguna pieza defectuosa o mal montaje. Se han roto dos el mismo día después de ocho años en los que no se rompió ninguno”, desgranó el italiano, que por primera vez no dio las gracias a la multitud de que desplazó para aclamarle.
“El desarrollo está congelado, pero no están sellados, de modo que en los próximos días sabremos qué ha pasado”
De todas formas, el multicampeón considera que la cosa podría ser mucho peor, puesto que Yamaha todavía tiene cuatro unidades de las siete disponibles por reglamento sin precintar, circunstancia que, según él, debería ser suficiente para impedir que un destrozo como este último se repitiera. De los tres que había utilizado hasta entonces, el que le hizo abandonar era el que menos kilómetros acumulaba, y lo mismo ocurrió con el que impidió a Lorenzo terminar el warm up.
“No tendría que ser un problema porque Yamaha lo analizará, pero además creo que tenemos sólo tres motores cerrados. Su desarrollo está congelado, pero no están sellados, de modo que en los próximos días sabremos qué ha pasado”, esgrimió el de Tavullia.
A las puertas de la séptima parada del calendario, Rossi ocupa la tercera posición de la tabla, a 37 puntos del líder (Lorenzo). “Hemos completado un tercio del campeonato y voy 37 puntos por detrás. Esa es la mala noticia, pero ahora debo concentrarme en tratar de superar a Jorge y a Marc. El Mundial es largo y les veo a los dos igual de peligrosos”, zanjó el #46.
Vía MotorSport