Gardner, Schwantz, Crivillé, Roberts y Hayden ganaron el título, pero su estrella nunca volvió a brillar tan intensamente…
Gardner, Schwantz, Crivillé, Roberts y Hayden ganaron el título, pero su estrella nunca volvió a brillar tan intensamente…
La historia del Campeonato del Mundo ha contado en todos sus momentos con súper campeones que ganaron el título de 500cc o MotoGP™ en distintas ocasiones.
Como en sus comienzos, en la era contemporánea de los Grandes Premios también han existido indudables campeones que tan sólo saborearon la miel del éxito en la categoría reina en una única ocasión.
En esta ocasión nos centramos en aquellos ganadores de la categoría reina cuya temporada de defensa del título, por una razón u otra, nunca estuvo al nivel que hubieran esperado.
Después, la magia que les había inspirado nunca volvió de nuevo.
En 1987 Wayne Gardner logró el primer campeonato del mundo de 500cc para Australia, un título que había perseguido desde el año anterior frente a Eddie Lawson.
Cuando comenzó la temporada 1988 se encontró con una Honda NSR 500 de indomable carácter -¿A nadie le recuerda a la situación de Márquez en 2015?-.
Aunque estuvo en el podio de forma regular desde principio de temporada gracias a que jamás se daba por vencido, no logró la primera victoria hasta la octava salida del año en Holanda.
Después ganó de forma consecutiva en Bélgica y Yugoslavia; y sólo abandonó el segundo lugar del podio para vencer de nuevo en Checoslovaquia.
Pero si tu rival por el título se llama Eddie Lawson, nada de eso es suficiente. Entre tanto, el norteamericano había ganado siete carreras y logrado otros cinco podios.
Gardner arrancó de nuevo como máximo favorito en 1989, pero una temprana caída en Laguna Seca le descartó de la carrera por el título. Y exactamente lo mismo pasó en 1990 y en 1992…
El australiano se retiró consiguiendo una última victoria en Gran Bretaña y despidió la temporada en el podio de Sudáfrica. Pocos se han marchado de forma tan dulce…
Kevin Schwantz fue entre 1988 y 1993 la mayor estrella mundial de la velocidad sobre dos ruedas.
Su estilo de «ganar o morir» le convirtió en la leyenda que perdura hoy en día, alimentada al mismo tiempo por una incontrolable rivalidad con otra Leyenda de MotoGP™, Wayne Rainey.
Frente al imprevisible pilotaje de Schwantz, la serenidad y eficacia de Rainey se llevaron el título de 500cc tres veces entre 1990 y 1992.
Schwantz había cambiado en 1993, palabra de Rainey. El tejano comenzó ganando y se mantuvo luchando por el título hasta la parte final de la temporada; toda una nueva experiencia.
Cuando la tensión estuvo en lo más alto, Rainey sufrió el accidente que cambiaría las carreras para siempre. Y Schwantz ganó el título por el que tantos años había luchado.
En 1994 volvió a ganar en Suzuka, pero todavía buscando a Rainey por encima del hombro. Repitió en Gran Bretaña, pero ya nada era lo mismo…
Cuando ya había comenzado la temporada de 1995 se despidió con lágrimas en los ojos.
Álex Crivillé consiguió el primer podio de un español en 500cc en 1992; también la primera victoria y el primer título de la categoría reina del motociclismo español.
Desde 1994 compartió equipo con Mick Doohan en el mejor momento de la trayectoria del australiano.
El camino no fue fácil, pero cuando Crivillé mejor preparado estuvo en 1999, Doohan sería víctima de una nueva caída que precipitaría su retirada.
El título de 500cc estaba cada día más cerca gracias a seis victorias, el primero de un europeo ¡desde 1982! Sin embargo, cada carrera terminó convertida en una insufrible prueba de estrés.
En Brasil finalmente lo consiguió, pero el piloto nunca volvió a ser el mismo.
Una victoria y tres podios más le acompañaron sus dos últimas temporadas. Algún día se sabrá con detalle cuánto luchó por ello y cuánto le costó.
Kenny Roberts ganó el título de 500cc en el año 2000 para seguir así los pasos de su propio padre, «King Kenny», que había ganado tres consecutivos entre 1978 y 1980.
El norteamericano llevó a Suzuki hacia el último título mundial en la clase reina de la marca japonesa desde entonces; y ya lleva 15 años sin ganar.
Pero si la defensa de Crivillé había resultado desastrosa, la de Roberts fue más allá; sin volver a ganar una carrera nunca más…
Nicky Hayden ganó el 2006 un título mundial que nadie esperaba gracias a su regularidad. Derrotó a un «imbatible» Valentino Rossi ganando sólo dos carreras, pero había que estar ahí…
Años después de las huidas de Freddie Spencer y Eddie Lawson, los pilotos norteamericanos, por muy campeones que fueran, no eran precisamente populares en el equipo HRC.
Hayden era un piloto de Honda América; no de Honda Japón o de Repsol, la petrolera española que apoyaba al equipo.
Y cuando se estrenó la categoría de MotoGP™ 800 en 2007, Honda había desarrollado su RC212V pensando en Dani Pedrosa.
Sólo por su mayor complexión física, Hayden no tuvo ninguna oportunidad. La difícil Ducati hizo el resto en los años siguientes…
Ninguno de estos campeones de la categoría reina volvió a ganar el título pero, ¿quién puede negar el mérito de lograr algo así, aunque sólo sea una vez en la vida?