Hace nueve años un equipo británico anunció sus intenciones de fabricar un auto que alcanzara la velocidad récord de las 1.000 millas por hora, el Bloodhound SSC. Éste se pondrá en marcha por primera vez en un lago seco en Sudáfrica, en 2019, según BBC, pero este jueves por fin lo han probado en el aeropuerto de Cornualles. En este primer test fue un poco más rápido que la velocidad de aterrizaje de los Airbus que llegaron por la mañana, ha alcanzado las 210 millas por hora.
© Bloodhound SSC
En Sudáfrica se equipará a este auto con un motor de reacción EJ200 y con un cohete híbrido Nammo, pero para este test estaba equipado con un motor de un caza Eurofighter Rolls Royce, de acuerdo con la web Ars Technica. Todo el proceso se retransmitió en directo, de hecho, se pueden ver las tres horas de vídeo a continuación. Para Sudáfrica también llevará neumáticos de metal y no los Dunlop que montaba hoy, con los que suelen estar equipados los cazas English Electric Lightning.
No estaba sólo, más de 4.000 personas presenciaron este momento, entre patrocinadores y amigos. Al volante estaba el expiloto de la fuerza aérea británica Andy Green, uno de los responsables de este proyecto. “Descubrí durante los primeros tests de dinámica que para poner el auto a 200 millas por hora, tendría que levantar el pie del acelerador a 130, ya que sigue acelerando otros dos segundos y luego, para reducir la velocidad, necesito frenar durante dos segundos antes de pisarlo a fondo”, ha señalado Green.
© Bloodhound SSC
“Aunque 210 millas por hora está bastante por debajo del objetivo final de 1.000, hoy tuvimos un ejercicio adecuado con el vehículo. El auto está diseñado para alta velocidad en desierto, en lugar de rendimiento sprint, sin embargo, se puso de cero a 210 en menos de ocho segundos. Estuvimos 21,5 minutos rodando, más de lo que hemos estado nunca y hay que recordar que está diseñado para rodar sólo dos minutos en el desierto“, ha añadido.
© Bloodhound SSC
Este proyecto, que tiene como punto central a un coche con ocho veces la potencia de todos los coches de una parrilla de Fórmula 1, sufrió retrasos por falta de fondos, pero el año pasado la marca automotriz china Geely decidió apoyarlo y también se sumaron firmas como la británica de lubricantes Castrol, la noruega-finesa aeroespacial Nammo, entre otras marcas y entidades.
