AUTOMOVILISMO

Los Hernández: Una familia a Puro Motor

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Conozca la historia de unión familiar, perseverancia y apoyo a los proyectos de los hijos

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El talento y las ganas de cada persona son fundamentales para alcanzar metas planteadas a lo largo de la vida. Pero no es lo único, hay variantes necesarias para llevar a buen puerto esos objetivos. Vamos a tocar solo una de tantas. Hablamos del apoyo de alguien cercano, que con su amor, experiencia, esfuerzo físico y económico empuje a lograr lo que se planteó. Es difícil encontrar a esa(s) persona(s) ya que a veces se busca en sitios equivocados. Es bueno comenzar echando un ojo dentro del núcleo familiar, casi siempre se hallará a alguien un poco más arriba dentro del árbol genealógico familiar.  

En Puro Motor queremos compartirles una historia de dedicación, esfuerzo, disciplina, ejemplo y triunfos. La historia de Rudy Hernández y sus dos hijos: José Rodolfo y Mauricio Hernández; Mau forma parte de nuestro programa Piloto Puro Motor.

Curiosamente, esta historia no comienza con motores, inicia en el raquetball, deporte en el que don Rudy fue un gran jugador entre 1980 y 1986. En 1987 se pasó al triatlón para convertirse en “Ironman” dos años después, además de campeón nacional de ciclismo en 1990 con 33 años.

A esa edad nunca había tocado una herramienta ni conocía sobre motores. Eso se dio hasta que nacieron sus dos hijos varones y desarrollaron esa pasión por lo que llevara gasolina. Como casi todos los padres, trató de meter a sus hijos en “sus” deportes favoritos. “Claro que de niños estuvieron en clases de natación, andaban conmigo en bici, salíamos a hacer recorridos, me fueron a apoyar en algunas de mis competencias de atletismo y triatlón, pero definitivamente lo de José y Mau son los motores, y si ellos son felices ahí, nosotros también, y lo mas importante es que lo disfrutamos juntos en familia”.

Hablamos con los tres. Tienen mucho en común, hablan fluido, con la seguridad y el léxico que da una buena educación. Concuerdan casi en todo. “Somos amigos y nos tratamos más así que como padre e hijos, sin perder la perspectiva”.

Cuentan que lo de los motores inició con José Rodolfo, en el motocross, pero que después de un par de caídas, la moto desapareció. Mau, con seis años, le pidió un kart al niño una navidad hace ya unos 13 años y el juguete apareció debajo del árbol familiar.

Don Rudy fue, ha sido y será muy estricto con sus hijos. En eso están de acuerdo ellos: “Que mi padre nos exigiera tanto en el deporte nos ayudo mucho y logramos entender que realmente para ser los mejores debíamos exigirnos en todo momento” comentó José Rodolfo. “Fue algo duro de entender cuando era pequeño, pero siento que sin esa exigencia no sería quien soy hoy, así que le agradezco haber sido tan exigente en la disciplina” agrega Mau.

Dentro de esa disciplina no faltó el castigo y ambos recuerdan muy bien la “regañada” más brava que se llevaron. José Rodolfo prefiere guardársela, aunque aclara que no tuvo que ver con el deporte. Como ya imaginamos por donde va la cosa, no ahondamos en el tema. Mau si se destapa: “Me acuerdo que fue para una carrera para clasificar al mundial. En la mañana me quedé dormido y no alisté mi maletín. Me regañó y me dijo que no iba a correr, me fue a dejar al cole y se fue. Después de llamarlo como mil veces llorando, finalmente pasó por mí al colegio, fuimos a correr y ganamos el pase al mundial. Después de eso jamás se me olvida hacer mi maletín una noche antes”.

Ambos están de acuerdo que su papá, o pa como lo llaman, no es tan chiva como parece, y cuando parece perder la dulzura del carácter siempre está la interseción maternal de doña Silvely María.

La receta para ir alcanzando las metas de la familia no es otra que respetar los gustos de cada cuál. “El compartir su pasión por los motores nos facilitó a mi esposa y a mi mantener una buena comunicación y la atención de ellos en su crecimiento, desde niños, apoyando integralmente su pasión por los motores, en forma ordenada, sin descuidar su formación académica, social y personal” asegura don Rudy, quién rápidamente aprendió a armar motores y pronto se convirtió en el jefe del equipo de Mau.

“Imaginamos que es un as del volante” les comentamos a los dos hijos durante la entrevista, pero fue como haberles contado un chiste, risas y más risas. “Maneja súper lento, siempre lo vacilamos que el talento y esta pasión por los motores debe de venir del lado de nuestra madre” dice José Rodolfo. “Es demasiado lento, yo siempre lo vacilo con que es una tortuga” remata Mau. Eso si, cuando salen los tres en un carro, su padre, aunque lento, es quién maneja.

Por esas cosas de la vida y por decisión de la familia Hernández, Mau es quién sigue con su carrera en el automovilismo. Jose Rodolfo soltó el acelerador, sacó su licenciatura en Administración de Empresas, se casó y está concentrado en su trabajo, aunque sabe muy bien adonde tiene que regresar: “Tengo presente que debo volver a correr porque es algo que me hace mucha falta todos los días. Mis planes a mediano plazo son regresar a correr karts, ojalá y si se puede en Estados Unidos para buscar clasificar a un Mundial de Rotax”. Mientras vuelve, une fuerzas a su familia para apoyar a Mau en su prominente carrera: Es piloto en la Academia de Jóvenes Talentos de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y hace pocos días estuvo corriendo y practicando en Francia. También participa en la serie monomarca Mini Challenge Cup en Guatemala.

“Estamos concentrados hoy en Mau apoyándolo para que logre consolidarse como piloto profesional. Que sea el tico que llegue a las grandes ligas del deporte de los motores, sea WTCC, DTM o hasta donde Dios quiera” dice con seguridad su padre.

Sus hijos son agradecidos, tienen clarísimo los esfuerzos físicos y sobre todo económicos que su padre ha tenido que hacer. “Los esfuerzos económicos han sido grandes. El tema del dinero siempre jugó un papel determinante a la hora de seguir corriendo o no…Mi padre ha hecho todo esfuerzo que existe: Vender, hipotecar y demás cosas, todo para que podamos correr. Y en cuanto a lo físico no se queda atrás ya que armar y desarmar karts no es fácil, pero su buena condición, gracias a años dentro del deporte, ha sido determinante para que logre finalizar sus tareas como jefe de equipo. Gracias a Dios tenemos un papá atleta”.

Al enfocarse en los sueños de los hijos, sucede que a veces se olvidan los propios. Lo bueno es cuando los hijos saben de ese sueño de papá: “Pa quiere volver a hacer otro Ironman, pero sabemos que sueña con que lo hagamos los tres juntos”. Don Rudy lo confirma y desde ya trabaja en eso: “Empezamos a entrenar para ver si de aquí en un par de años me acompañan y Dios quiera que participemos en el Iroman”.

Mientras llega ese día, la vida de los Hernández continúa. Mau está concentrado de lleno en su carrera como piloto, Jose Rodolfo trabaja para una empresa y don Rudy y doña Silvely manejan el negocio familiar, un complejo de canchas de futsala, fútbol 5 y gimnasio.

Como todo “el que persevera alcanza”, ayer se dio a conocer el acuerdo al que llegó Mauricio para correr con el equipo italiano Target las dos últimas fechas del año en el Campeonato Europeo SEAT León, mientras que la intención es competir con ese mismo equipo la próxima temporada completa. Ese es el primer paso de Mau en Europa para alcanzar su sueño.

Ellos son los Hernández, una familia a Puro Motor.

Frases sueltas:

“En su época de triatlonista, a mi papá su entrenador le decía “Cocina Vieja” por la gran resistencia y condición física que tenía” José Rodolfo Hernández.

“Mi papá siempre exagera todo, cuando arma un motor siempre dice que se va a parar de manos en la recta, o que vamos a ganar por dos vueltas. Algo que siempre me ha gustado es que aunque llueva, caiga nieve, o lo que sea, siempre me dice que salgamos a entrenar, es algo que me ha ayudado mucho y ha marcado la diferencia” Mauricio Hernández.

“Siby y yo estamos muy orgullosos de lo que son hoy nuestros hijos José y Mau, son excelentes seres humanos, aman a Dios sobre todas las cosas, son amigos inseparables y han disfrutado de su pasión por los motores intensa y ordenadamente” Rudy Hernández.

Los hombres Hernández en números:

Rudy Hernández: 57 años, casado, Maestría en Administración de Empresas.

José Rodolfo Hernández: 26 años, casado, Licenciatura en Administración de Empresas.

Mauricio Hernández: 19 años, soltero, Estudiante de Administración de Empresas. Piloto en la academia FIA, piloto en la Copa Mini Cup Challenge de Guatemala.

Beatriz Nuñez

Periodista de profesión desde el año 2003. Ese mismo año se involucró en la cobertura de deportes de motor y la industria automotriz, campo en el que se desempeña hasta el día de hoy. Tres veces nombrada por FECOM como la periodista mas destacada en el campo de los motores.

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