Si Rossi busca inspiración para enfrentarse a Lorenzo, quizá recordar la carrera de 2010 entre ambos en Motegi le sirva para ello.
Si Rossi busca inspiración para enfrentarse a Lorenzo, quizá recordar la carrera de 2010 entre ambos en Motegi le sirva para ello.
No es que Valentino Rossi necesite ninguna motivación para enfrentarse de nuevo a Jorge Lorenzo este fin de semana, pero puede que recordar el duelo que ya mantuvieron en el Twin Ring de Motegi durante la temporada 2010 le sirva se inspiración…
Lorenzo se encontraba entonces a punto de conseguir su primer título mundial de MotoGP™; pero a nadie podía importarle menos que a Valentino Rossi, que una vez más interpretó a la perfección su papel del asesino de la sonrisa.
Para ponernos en situación, digamos que la lucha por el Campeonato del Mundo estaba ya decidida en ese momento.
El mayor rival de Lorenzo aquel año, Dani Pedrosa, estaba de vuelta en Europa para recuperarse de una fractura en la clavícula izquierda, sobrevenida cuando el acelerador de su Honda se había bloqueado durante los entrenamientos.
Antes del cruel destino que esperaba a Pedrosa, Rossi había asegurado a Yamaha que haría todo lo que estuviera en su mano para ayudar a Lorenzo a ganar el título.
Rossi había quedado descartado de la lucha por el campeonato después de ser víctima de sus propios demonios al fracturarse la tibia y peroné izquierdos anteriormente en Mugello.
Este nuevo contratiempo había venido justo después de comenzar la temporada lastrado por las secuelas en su hombro derecho tras un accidente de motocross.
Pero una vez Pedrosa había quedado fuera de la carrera por el título, lo último que pensaba Rossi era en ayudar a su compañero de equipo a destronarle.
Estando claro para Rossi que cada piloto tendría que mirar por sí mismo, Lorenzo fue objeto del ataque más despiadado del italiano; tal como les había ocurrido a Sete Gibernau, Max Biaggi y Casey Stoner en el pasado.
La demostración más gráfica de esa actitud pudo encontrarse entonces en los arañazos de los carenados en las motos de ambos pilotos.
Para Rossi, no atacar a Lorenzo con todas sus fuerzas habría sido traicionar a su propia filosofía como piloto.
Incluso el propio italiano llegó a decir que si Yamaha esperaba que se mantuviera respetuosamente por detrás de Lorenzo, habría sido mejor quedarse viendo las carreras desde el sofá de su casa en Tavullia.
En aquellas dos vueltas, en las que los dos pilotos cambiaron de posición hasta en seis ocasiones, Rossi se empleó a fondo haciendo lo que mejor sabe hacer.
En ese momento ambos se enzarzaron en una acalorada batalla en la que llegaron a tocarse entre sí más de una vez, antes de que Rossi se saliera con la suya en lucha por la tercera plaza.
Rossi estaba entusiasmado. Para él había sido una batalla épica entre dos rivales igualmente enfrentados; la mejor manera de avivar una tranquila tarde de domingo cualquiera en una remota zona de Japón…
Lorenzo montó en cólera. Para él, el agresivo pilotaje de Rossi en la parte final de la carrera sólo demostrada su desprecio por el título que estaba en juego. Al menos, ésa era la versión de Lorenzo.
Rossi consideró entonces que sólo había sido una batalla al límite en la que no había cedido en una última vuelta de gran intensad.
En el cargado ambiente que se formó poco después, Lorenzo se quejó amargamente ante los responsables de Yamaha. En sus comentarios a la prensa, el español mencionó las palabras «loco» y «peligroso».
A Rossi se le pidió diplomáticamente que adoptase una actitud menos agresiva hacia los pilotos de Yamaha en las carreras que restaban de temporada.
En otras palabras, Yamaha creyó que las quejas de Lorenzo estaban justificadas. Imagino que en su momento esto le caería a Rossi como un jarro de agua fría.
Rossi se encontraba en el momento más crítico de su relación de siete años con Yamaha, habiendo anunciado sólo un par de meses antes que correría con Ducati porque cada vez se prestaba más y más atención a Lorenzo como la futura estrella de Yamaha.
Rossi y Lorenzo volverán a encontrarse este fin de semana en Motegi, aunque con un panorama muy distinto al de la temporada 2010. Ambos son los más firmes candidatos al título; aunque Rossi ha sido muy competitivo en las últimas cuatro carreras sobre seco, Lorenzo ha sido más rápido.
Sus salidas relámpago le han permitido explotar sin interferencias su suave estilo de frenada, así como sus precisas trazadas en la entrada y el paso por curva.
Si consigue escapar desde el principio de nuevo esta vez, y mantener su sólido ritmo, será el claro favorito a la victoria en un circuito de Motegi caracterizado por fuertes aceleraciones y frenadas.
A Rossi le encantaría que el domingo se repitiera la situación de 2010. En realidad, creo que le encantaría cualquier carrera en la que terminara por delante de Lorenzo. Con un poco de suerte, volveremos a ver una épica batalla entre ambos.
De todas formas, hay que tener en cuenta que Lorenzo llega a Japón con molestias en un hombro tras un accidente entrenando. Así que una lucha codo con codo es lo último que necesita.