En ninguna de sus anteriores 239 salidas había visto a Pedrosa pilotar con la tenacidad y agresividad demostradas en Aragón.
Con diecinueve años de experiencia informando sobre el Campeonato del Mundo de MotoGP™ en Motorcycle News, el comentarista de MotoGP™ Matthew Birt conoce bien los entresijos de la competición.La carrera de MotoGP™ del pasado domingo en Aragón fue la número 240 de Dani Pedrosa en el Campeonato del Mundo.
En ninguna de sus anteriores 239 salidas le había visto pilotar con semejante tenacidad y agresividad.
En las últimas cinco vueltas, Pedrosa se transformó su condición de presa en la de depredador, desechando de un plumazo la timidez en el cuerpo a cuerpo que había arraigado en su reputación desde que llegó a MotoGP en la temporada 2006.
Desde luego, las agresivas formas que súbitamente demostró Pedrosa le convirtieron en el centro de la atención en la carrera de MotoGP en MotorLand.
Lo más sorprendente de todo fue que el nombre del piloto que se vio más perjudicado por el pilotaje extremo del piloto español.
Porque a lo largo de una vida, uno verá más veces el paso del cometa Halley que a Valentino Rossi derrotado en una última vuelta de carrera.
El italiano parece imperturbable bajo presión; es un maestro de la improvisación y la intimidación en la batalla, y frío como el hielo a la hora de ejecutar sus planes de ataque.
De esta forma, cuando el domingo se encontraron Rossi en su situación más favorable, y Pedrosa en una de las más embarazosas, la historia parecía dictar de antemano el nombre del piloto que saldría victorioso.
Cuando Rossi pasó a Pedrosa en la primera de seis ocasiones en las cinco últimas vueltas, debió pensar que los cuatro puntos adicionales ya eran suyos; visto que el deslumbrante ritmo de su compañero de equipo en el Movistar Yamaha, Jorge Lorenzo, resultaba ya simplemente inalcanzable.
Pero en esta ocasión no hubo renuncia por parte de Pedrosa y éste le devolvió la maniobra en la siguiente curva.
Sin embargo, la sensación de que Rossi se saldría con la suya todavía flotaba en el ambiente.
Rossi lo intentó en tres ocasiones más y en cada una Pedrosa devolvió el movimiento de forma inmediata, fraguándose a cada momento un final más tenso y dramático entre ambos.
A esas alturas yo no podía dejar de tener presente que Rossi nunca pierde un duelo en la última vuelta, porque se supone que era así, ¿no?
Estoy seguro de que yo no soy el único que lo estaba pensando cuando Rossi lanzaba su ataque en la curva cinco de nuevo sobre Pedrosa.
No podíamos estar más equivocados…
Pedrosa hizo después un adelantamiento de antología en la curva siete y también resistió el desesperado ataque del piloto de 36 años en la curva 15 para lograr la que, probablemente, sea la mejor segunda posición de su trayectoria en la categoría reina.
…y era la ocasión número 50 en la que Pedrosa finalizaba segundo; la 38 de su palmarés de MotoGP.
Para mí, esas estadísticas resumen fielmente la trayectoria del piloto de Honda en la categoría máxima.
Es un piloto excepcionalmente dotado, con una pequeña estatura combinada con un enorme espíritu; y un talento sólo superado por su tolerancia al dolor y su deseo de sobreponerse a la mala suerte, las lesiones y la adversidad.
Al mismo tiempo es el hombre que «casi lo consigue», el eterno testigo de la boda; destinado a pasar a la historia como el piloto más rápido de todos los tiempos que nunca consiguió un campeonato del mundo en la categoría reina.
Odio decir esto, pero veo bastante improbable que pueda conseguir todavía el título que le ha sido esquivo durante la última década.
Esta semana ha cumplido 30 años y, si bien el domingo demostró que todavía pertenece al grupo de «los cuatro fantásticos», también lo es que hace 14 meses que no gana una carrera y 16 que no sale desde la pole position.
Siempre ha habido alguien alrededor que era una décima más rápido o que tenía un 1% más de talento; se llamase Rossi, Lorenzo, Casey Stoner o ahora Marc Márquez.
Quizá, esta historia habría resultado distinta si Pedrosa hubiera mostrado más a menudo el pilotaje que exhibió el pasado domingo en Aragón.
Al mismo tiempo, no es el único piloto en parrilla esperando rendir en las cuatro carreras que quedan al gran nivel que lo hizo el piloto de Honda en MotorLand.
La derrota infringida por Pedrosa a Rossi resultó de incalculable valor para las esperanzas de ganar el título de Lorenzo, ya que acortó la ventaja de Rossi a sólo 14 puntos.
Los cuatro puntos en juego podrían resultar decisivos al final, pero lo más grande es que Rossi lo arriesgó todo en esas últimas cinco vueltas teniendo mucho más que perder que Pedrosa.
El propio Pedrosa se mostraba sorprendido cuando hablé con él después de la carrera sobre cuánto había arriesgado Rossi, lo que dice mucho del irresistible deseo del italiano.
El domingo demostró que todavía quedan muchas batallas por disfrutar de aquí al final de temporada.
También parece que queda bastante por ver de Pedrosa, después de las enormes dudas que surgieron tras sus problemas de sobrecarga en el antebrazo a principios de esta misma temporada.
¿Y Rossi? Bueno, está claro que luchará con un poseso hasta la última curva de la carrera de Valencia.
Aunque en Aragón, por lo menos, «El Doctor» recibió de Pedrosa una fuerte dosis de su propia medicina.