Las incoherencias al hacer cumplir los límites de la pista y los monoplazas excesivamente complejos parecen perjudicar a nuestro deporte, cree Charles Bradley.
Los pilotos de carreras son como divas. Y como un tenor de ópera o la estrella bailarina, son lo que la gente va a ver. Así que ¿no tiene sentido darles un escenario en el que mostrar su máximo potencial?
Veo dos obstáculos principales en el camino, para que disfrutemos el mejor rendimiento de los pilotos profesionales de alto nivel en 2016.
El primero de ellos es el reglamento que impone límites en la pista y la inconsistencia de su aplicación.
El segundo es el aumento de la complejidad de los monoplazas modernos, y la percepción de que los ajustes del volante son más importantes que conducir.
Así que vamos a abordar los dos…
1: Límites de pista
Vivimos recientemente el GP de Austria en el Red Bull Ring, donde los límites de la pista se magnificaron por la naturaleza misma del circuito. Numerosas y abundantes escapatorias hacen que los pilotos pueden hace trampa en pos de mejorar su tiempo de vuelta a no ser que se impongan límites de utilización de la pista.
Hay dos maneras de hacerlo: vigilancia estricta, lo que significa un montón de penalizaciones por transgredir la norma o la implementación de pianos ultra agresivos que evite a los competidores irse largo fuera de la pista.
Una vigilancia estricta que anule los tiempos conseguidos en vueltas irregulares como imponga sanciones en carrera. Sería algo frustrante para los pilotos y desconcertante para los aficionados que tratan de comprender lo que está pasando.
En el Red Bull Ring se llevó a cabo el campeonato europeo de Fórmula 3 hace unos meses y en un solo día hubo casi 100 penalizaciones por no respetar los límites de la pista.
En los ‘buenos tiempos’, la forma en que los límites de la pista eran marcados era gracias a los pianos y las escapatorias de césped con puzolanas. Los altos pianos fueron siendo apartados por la presión de la ‘hermandad’ de los moteros y los movimientos en pos de la seguridad fueron sustituyendo las escapatorias de grava por otras de asfalto.
Así que la FIA ha ideado bordillos más planos y contraperaltados que disturban el equilibrio del auto cuando pasan por encima de ellos. En el Red Bull ring se mezclaron estos pianos con otros de tipo ‘salchicha’ que elevaban el nivel de disuasión a la hora de pasar por ellos.
Fue entonces cuando vino el accidente en la Q1 de Daniil Kvyat con hay dos cosas a tener en cuenta: fue su decisión (o error) pasar por encima de los pianos pero la consecuencia de golpearlos le llevó a tener un grave accidente y esto no es lo ideal.
En Silverstone, donde los comisarios impusieron límites de pista en tres curvas en la clasificación y casi tuvieron que verse obligados a explicar porque el héroe local no iba a salir en la pole después de haber marcado el mejor tiempo. Tampoco es lo ideal.
Cuando hablamos de los pianos agresivos, el debate de los límites de la pista se empaña por la “seguridad”. Poner un gran bordillo tipo ‘salchicha’ en medio de una curva rápida provocará quejas sobre lo peligroso que podrían ser lanzados los autos, o que podrían dañarse y causar un accidentepues podría resultar peligrosa para los bólidos en marcha o romperlas para provocar un error.
Pero ¿no es el momento de decir que el sentido común sobre los límites de la pista que tiene que venir de la mano de la seguridad? ¿De verdad ha una necesidad de estar estancados aquí?
2: Autos muy complejos
La complejidad de los autos es, tal vez, un tema aún más difícil de abordar. Por supuesto, los deportes de motor deben seguir siendo un ejercicio de ingeniería, a la vez que la exhibición de conducción y la innovación están en su ADN.
Tiene que ser una mezcla de tecnología y de intervención humana, ponderada en favor de esta última, la tecnología nunca debe pesar más que el piloto.
El ejemplo de esto ha sido el efecto de las restricciones de radio en la F1. La naturaleza increíblemente compleja de los monoplazas híbridos de esta época, significa que hay cientos de opciones disponibles a través de los botones en el volante. En una entrevista reciente que James Allen hizo con Paddy Lowe sobre el volante de Mercedes, lo describe como “un aparato muy, muy compleja”.
Lowe explicó que el piloto “tiene que interpretar lo que está pasando en el auto mientras lo conduce” y tiene “una gran cantidad de botones.”
El volante de Mercedes tiene tres mandos giratorios, uno para los ajustes ‘estratégicos’ que solemos escuchar en la radio, además de la caja de cambios y del motor.
En cierto modo, es impresionante tener toda esa la tecnología y controles al alcance del piloto, pero ¿no es demasiado? “porno de ingeniería”, como Stefan Johansson lo nombró…
El riesgo de esto es la percepción de los fans de que los ingenieros están teniendo demasiado control, que está anulando el talento de los pilotos.
Después de todo, el futuro de este deporte radica en gran medida en cómo se consume y cómo los aficionados lo perciben y debe de mantenerse la percepciónde que es una competencia entre los pilotos héroes que conducen autos increíbles que los ‘mortales’ sólo podemos conducir en nuestros sueños.
Conclusión
Los pilotos, las estrellas, son humanos, por lo que ¿cómo nos aseguramos que sus intereses están siendo tomados en cuenta? En última instancia hay que escuchar a a la Comisión de Pilotos de la FIA, que se formó en 2013, para discutir esto, hacer recomendaciones y, en última instancia, poner soluciones.
La leyenda de Le Mans, Tom Kristensen es su actual presidente, una mano firme en el timón. Conozco a Tom desde hace casi 20 años y siempre ha sido muy pragmático, pero con principios.
En la conferencia de la FIA en Turín hace pocas fechas, Kristensen dijo a los asistentes a propósito de la evolución del automovilismo: “Es importante hacer un buen balance sobre los avances de seguridad en los últimos años. Han sido muy buenos, pero nosotros tenemos que mirar el aspecto deportivo.
“Se pueden aprender los circuitos fácil y rápidamente en la actualidad. tenemos que asegurarnos de centrarnos en el futuro del deporte, porque los pilotos jóvenes consiguen las cosas demasiado fácil y no aprenden lo que es el respeto.
“En el futuro, tenemos que ver lo mejor de los pilotos: una buena técnica con riesgos calculados, no deben de salirse con la suya o perder sólo un poco cuando cometen un error”.
Estoy totalmente de acuerdo. Quiero un deporte que sea todo lo seguro posible, pero no uno tan reprimido, sobrerregulado y excesivamente complicado en el que los pilotos no pueden hacer la diferencia en la carrera.
Tampoco un automovilismo que se convierte en un concurso de quién puede lidiar mejor con los límites de la pista, evitar sanciones y salirse con la suya (o no).
El equilibrio tiene que ser correcto, en donde conviven la tecnología y el piloto o teniendo un buen nivel de seguridad, pero no a costa de la competición.
Vía MotorSports