Marc Márquez se impuso este domingo en Sachsenring con la misma moto que había estrellado por la mañana. Su equipo, liderado por Santi Hernández, la reconstruyó en menos de dos horas y la dejó lista para el cambio.
Márquez tuvo que convertirse en el campeón del mundo más joven de la historia para que Honda le permitiera llevarse con él al resto de integrantes de la escudería con la que se habían impuesto en Moto2. Es en jornadas tan complicadas como la del domingo pasado cuando uno se da cuenta de los motivos que llevaron al español a pelear por ellos.
A falta de ocho minutos para que el warm up de la mañana terminara, Márquez perdió el control de su prototipo a la entrada de la curva ocho, una zona muy rápida del trazado alemán, y se fue al suelo. La moto no paró de dar vueltas y quedó destrozada. Mientras él regresaba al taller en una scooter y salía con la segunda unidad a dar una última vuelta para recuperar sensaciones, sus chicos pusieron en marcha un protocolo de urgencia para reconstruir la RC213V siniestrada.
Al llegar la moto al taller en un remolque, con el calentamiento ya concluido, los técnicos las pasaron canutas para subirla al banco. Finalmente lo lograron entre cuatro, cerraron la persiana y se pusieron a trabajar en ella.
Cuando la carrera dio comienzo, esa moto estaba lista desde hacía ya un ratito. Según las estimaciones de Santi Hernández, el director de esa orquestra, la reconstrucción completa de la moto se hizo en menos de dos horas.
Nada más abrirse el pit lane, el corredor de Cervera (Lleida) se subió a ella, dio una vuelta para comprobar que todo estaba en su sitio, volvió a entrar y salió de nuevo con la que empleó en la primera parte de la carrera.
En la vuelta 17, después de tener un susto que casi le lleva al suelo, el bicampeón del mundo de MotoGP decidió tirar de estrategia y se adelantó a los demás a la hora de cambiar de moto. Eso implicó dar las 13 últimas vueltas con la moto que unas horas antes había convertido en chatarra. Con ella se llevó a cabo un trabajo impecable que el piloto certificó con esa vuelta que hizo antes de tomar la salida, pero el temor a la posibilidad de que alguna piedra hubiera quedado escondida en algún lugar recóndito del motor y pudiera tener algún efecto, existía.
No fue así y Márquez celebró con su tropa una de las victorias más trabajadas de su trayectoria, y probablemente una de las más corales.
“Esta vez hemos ganado por estrategia, porque en agua no era ni mucho menos el más rápido. Pero lo que hablamos por la mañana surtió efecto”, explicó el catalán.
“Lo que ha hecho el equipo de Marc es admirable. Han conseguido reconstruir la moto después del warm up, en tiempo récord”, conviene Livio Suppo, director de HRC.
Vía MotorSport