AFP / Nunca desde hace 15 años un Mundial de rallies se presenta tan abierto en la lucha por el título, pero para Thierry Neuville el tiempo empieza a correr ya en contra, antes de afrontar este fin de semana el rally de Córcega (Francia), cuarta cita de la temporada del WRC.
Mientras el Ford Fiesta de Sebastien Ogier, el Toyota Yaris de Jari-Matti Latvala y el Citroën C3 de Kris Meeke han ganado ya este curso, el belga, que se ha llevado el mayor número de especiales y que ha sido el que más tiempo ha liderado un rally en 2017, todavía espera para conseguir la victoria en una prueba de este Mundial.
Quedó muy cerca de ello en dos ocasiones, en Montecarlo y Suecia, donde se vio forzado a abandonar cuando iba cómodamente en cabeza en la víspera de la llegada final. Una circunstancia que no parece pasarle factura anímicamente.
“Es verdad que las dos primeras carreras no fueron como queríamos, pero tuvimos velocidad y fuimos mucho tiempo líderes”, explica a la AFP el piloto belga.
“Nuestros cronos fueron buenos sobre nieve, asfalto y tierra, el coche ha nacido bien y hemos conseguido muchos puntos en las Power Stage”, puntualiza con optimismo.
Con la velocidad punta de su Hyundai i20, sin duda el más rápido, y su regularidad (nueve Top 5 en 2016), el piloto de 28 años se perfilaba en enero, en el inicio del Mundial, como potencial campeón.
Su tercer puesto en México le ha permitido calmar los ánimos y ahora Córcega, en la primera prueba que se disputa por entero sobre asfalto esta temporada, debe permitirle ir recortando una parte de sus 38 puntos de retraso con respecto al cuatro veces campeón mundial Sebastien Ogier.
Aunque queden nueve etapas en el calendario después del rally de Córcega, es urgente para el vigente subcampeón mundial empezar a demostrar que es un candidato serio al título.
Segundo tras Ogier en 2016
El piloto de Saint-Vith, que cuenta únicamente con dos victorias en el WRC por seis segundos puestos y doce terceros puestos, destaca habitualmente por saber mantener la calma en cualquier circunstancia, al contrario que Latvala, que puede perder los nervios en todo momento. Una sangre fría la de Neuville que tiene parte de virtud y parte de defecto.
“Como parece que lo hace fácil cuando todo va bien, uno se pregunta si puede ir al máximo cuando llegue lo más duro, para salir por fin de la sombra de Ogier”, comenta un ingeniero de Citroën.
“Me tomo a todos mis rivales muy en serio y Thierry está claramente entre los más peligrosos de todos ellos”, subraya el francés.
Neuville ganó el año pasado en la isla vecina de Cerdeña, sobre tierra, y en Alemania, sobre asfalto, en 2014. En 2016, el belga fue segundo en Córcega, por detrás de Ogier.
Neuville ya triunfó en Córcega en 2011, pero cuando el rally no era WRC y forma parte del Intercontinental Rally Challenge (IRC). El domingo espera poder empezar a cambiar, por fin, su mala suerte.
