WRC

La lucha en Citroen revive los duelos entre compañeros de equipo

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El Rallye Acrópolis disputado la semana pasada dejó otro nuevo capítulo en la épica batalla que están viviendo en cada prueba los compañero de equipo en Citroën, los dos Sebastiens, Loeb y Ogier

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Esta rivalidad no es algo nuevo en el Campeonato del Mundo de Rallyes. El factor más importante en estas batallas es que al que tienes que batir tiene el mismo auto que tú, descubre con Wrc.com otras relaciones históricas marcadas por la competitividad, donde la amistad no siempre estaba presente…

Colin McRae y Carlos Sainz

Como Alain Prost y Ayrton Senna en la Formula 1, esta ha sido probablemente la dupla de compañeros de equipo más rápida y más repetida jamás vista. Esto tenía su contrapartida, habitualmente podían haber más de una conversa fuera de tonta en Subaru, cuando McRae y Sainz fueron compañeros desde 1994 hasta 1995. El momento más tenso de ese episodio fue cuando el equipo Prodrive realizó órdenes de equipo en el Rallye Catalunya de 1995. Finalmente esa temporada, el legendario Colin McRae se alzaría con su único título mundial en el Rallye de Gran Bretaña delante de todos sus aficionados mientras que el español Carlos Sainz se marchaba a Ford.

Francois Delecour y Gilles Panizzi

Los dos franceses de Peugeot siempre tuvieron una relación inestable, pero el momento más tenso se vivió en el Rallye de Sanremo 2000 cuando los dos pilotos estaban enzarzados en una gran lucha por el liderato de la prueba. Panizzi solo tenía que conservar para ganar, mientras que Delecour creía que su rival tenía una ventaja injusta por parte del equipo, lo acusó públicamente expresando su ilegalidad. Panizzi respondió escupiendo en la dirección general en el parque de asistencia. Lágrimas, reclamaciones, y un Delecour amenazando con detener la carrera en ese momento. El gran director de Peugeot, Corrado Provera, supo imponer la diplomacia entre sus pilotos para solventar ese gran problema que surgió, la historia acabó con cada piloto con unos coches idénticos y Panizzi siendo primero y Delecour segundo.

Marcus Gronholm y Richard Burns

Burns fichó por Peugeot, equipo donde militaba Marcus Gronholm desde la temporada 1999, siendo campeón del mundo de 2002. Esta incorporación al equipo francés no sentó muy bien al finlandés, que era el líder indiscutible del equipo desde su llegada. Pero en contra de lo que podía pensar, el malogrado campeón británico fue un ejemplo de modelo a seguir, perfeccionista y relajado . No pasó mucho tiempo para que empezaran a aparecer ataques dialecticos cuando ambos pilotos se enfrentaron por conseguir el título mundial. Sin embargo, detrás de esta relación profesional tensa, nació una relación de amistad que demuestra el hecho de que Marcus Gronholm se convirtió en uno de los patrocinadores de la Fundación Richard Burns después de la muerte del piloto británico a causa de un tumor cerebral en 2005. “Me siento muy ahora por situaciones y declaraciones que se dijeron cuando los dos éramos pilotos de Peugeot”, ha admitido Gronholm. “Por ese motive estoy muy satisfecho de apoyar la Fundación de Richard”.

Bjorn Waldegard y Sandro Munari

Munari siendo un piloto italiano estaba claro que siempre iba a tener su equipo italiano a favor, más todavía cuando se llegaba al Rallye Sanremo. Waldegard inició la última especial de la carrera italiana por delante de su compañero de equipo en Lancia, el sueco no estaba de acuerdo con las ordenes de equipo que le retransmitía su director, Cesare Fiorio. Fiorio aseguró que el plan seria parar a Waldegard al final del tramo, pero los planes del equipo Lancia salieron totalmente al revés y Waldegard consiguió ganar el Rallye Sanremo. A la temporada siguiente, el piloto se marchó a Ford.

Markku Alen y Miki Biasion

La situación entre ambos no era distinta a la explicada anteriormente, aunque Alen era un piloto simpático y extrovertido, mucho más que el piloto italiano Bision, caracterizado por ser tranquilo y discreto. Sin embargo, como Biasion era italiano el equipo prefería que el ganará el título. Esto significaba que sus compañeros de equipo estaba obligados a jugar un papel de complemento a corto plazo, como lo vivido en el Rallye de Argentina de 1986 cuando uno de los helicópteros de Lancia aterrizo en el tramo de enlace para comunicarle a Alen que tenía que bajar su ritmo. “Nunca he visto tan enfadado a Markku”, explicó su copilot Ilkka Kivimaki. “Tuve que pilotar al ritmo que me imponía el helicóptero”, declaró el piloto finlandés. El equipo consiguió lo que quería finalizando sus pilotos en primera y segunda posición y hacienda conseguir su primera victoria en el WRC a Biasion.

Fuente: www.wrc.com

Beatriz Nuñez

Periodista de profesión desde el año 2003. Ese mismo año se involucró en la cobertura de deportes de motor y la industria automotriz, campo en el que se desempeña hasta el día de hoy. Tres veces nombrada por FECOM como la periodista mas destacada en el campo de los motores.

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