La marca joven de Toyota para Estados Unidos se ha caracterizado poe la personalización para sus autos…
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El SEMA es desde siempre la gran fiesta de Scion. La marca joven de Toyota para Estados Unidos se ha caracterizado desde su lanzamiento por una ingente cantidad de opciones de personalización para sus autos, convertidos en ocasiones en lienzos sobre los que sus dueños reflejan gustos e intereses. Equipos de audio de gran potencia, faldones, alerones, splitters, aros de mil y un diseños distintos… pocas marcas hay que representen mejor la expresión “tuning de fábrica”. No es de extrañar por tanto que Scion piense soltarse la melena en la feria de Las Vegas, donde piensa exhibir nada menos que siete autos oficiales, de los cuales, cuatro son preparaciones del iQ.
El pequeño utilitario de Toyota, que en EEUU es distribuido por Scion, ha pasado por las manos Cartel, Michael Chang, Jon Sibal y Tatsu, saliendo de sus talleres con una personalidad marcadamente distinta. El Pit Boss de Cartel aspira a ser minúsculo taller itinerante, con espacio para llantas de repuesto, una caja de herramientas y un impresionante equipo de música para celebrar los éxitos del equipo; mientras que el iQ de Michael Chang (arriba) quiere convertirse precisamente en el auto de la victoria, con una estética racing apoyada en un propulsor perfeccionado con numerosas piezas de alto rendimiento. Precisamente hablando de motores, el iQ-MR de Tatsu migra el suyo hacia el maletero, y convierte al iQ de un plumazo en un minúsculo tracción trasera de espíritu racing. El cuarto iQ ha sido diseñado por Jon Sibal como una pieza de tuning clásico, con su televisor Samsung de 32 pulgadas, una Xbox 360, una amplificación de aúpa y nitros por doquier para salir zumbando cuando los vecinos te manden a la policía con el sonómetro.
Podríamos pegarnos toda la noche con el repaso, así que mejor será si directamente los inspeccionas en sus respectivas galerías.
