El Instituto Ayrton Senna sigue luchando contra las desigualdades sociales en Brasil
El Instituto Ayrton Senna sigue luchando contra las desigualdades sociales en Brasil
Dicen que sólo se puede alcanzar la inmortalidad cuando alguien te recuerda después de morir. Si, además, es por buenas causas, esa inmortalidad es grandiosa. Para millones de niños pobres brasileños, el apellido Senna es mucho más que el de un gran deportista fallecido hace casi veinte años. Es sinónimo de esperanza. Así es el Instituto Ayrton Senna.
El año que viene se cumplirán veinte años de las trágicas muertes de Rolan Ratzemberger y Ayrton Senna en el Gran Premio de San Marino disputado en el circuito italiano de Dino y Enzo Ferrari de Imola. Y en noviembre de 2014 se cumplirán también veinte años de la fundación del Instituto Ayrton Senna, una organización caritativa y humanitaria que, con ayuda de varias ONG brasileñas, donaciones privadas (tanto de personas físicas como de empresas) y la cesión de los derechos de imagen del apellido Senna y del carismático personaje Senninha, combate la pobreza. Y es que el tricampeón mundial de Fórmula 1 estaba muy sensibilizado con los problemas de su tierra, azotada por las desigualdades y la discriminación. Aunque pudo iniciar su lucha para ayudar a los más pequeños promocionando su propia versión en dibujos animados, la muerte sesgó tanto su carrera deportiva como su esperanza por un Brasil mejor. Afortunadamente su hermana Viviane (madre del piloto Bruno Senna) y el resto de la familia continuaron su proyecto. Desde entonces 11,5 millones de niños se han beneficiado de su trabajo desinteresado y humanitario.
Viviane Senna, hermana de Ayrton, cumplió el sueño del brasileño
LAS INJUSTAS DESIGUALDADES
Después de cada carrera, después de cada victoria, después de cada trofeo y de cada baño de champagne en el siempre opulento y muchas veces excesivo e incluso ofensivo mundo lujoso de la Fórmula 1, a Ayrton Senna se le clavaban en el corazón las imágenes de los niños brasileños desnutridos, sin escuela a la que acudir, sin asistencia médica efectiva ni de calidad… Niños caminando descalzos por las aceras sucias, barrios cayéndose a pedazos y una pobreza que alimentaba la violencia de robos y bandas delictivas que aumentaban la inseguridad y la montaña de problemas de las que sería fácil para cualquier piloto abstraerse en su carrusel de lujo y millones. Pero Ayrton no. Ayrton lloraba cada vez que veía aquellas escenas, aunque fuera por televisión desde sus yates o mansiones. Sabía que había que hacer algo. Sentía que había que hacer algo: “A mí me comentó que podíamos donar los derechos de autor de Senninha para ayudar a los niños y adolescentes”, comentó su hermana Viviane a la BBC. Y es que, aunque Senna se crió en una familia acaudalada y nunca pasó carencias, se sentía mal porque él sí disfrutaba de aquella vida cómoda. No tardó en sentirse también comprometido con los más necesitados. Quería que todos tuvieran las oportunidades que él sí pudo aprovechar. Le parecía injusto que unos tuvieran lujos desde la infancia mientras otros luchaban por pedazos de pan duro. Así que se puso manos a la obra.
SENNINHA, UN CAMPEÓN DE 8 AÑOS
A principios de 1994 Ayrton atravesaba una de las épocas más difíciles de toda su carrera deportiva. Recién llegado a Williams justo cuando la FIA prohibió todas las ayudas electrónicas a la conducción, el período de aclimatación del brasileño al equipo inglés fue duro y decepcionante: dos abandonos consecutivos en las dos primeras carreras del año, en Brasil y Pacífico, auguraban un año complicado con Michael Schumacher dispuesto a destrozar todos los récords. Aun así, Ayrton podía alejar de los circuitos su concentración para pensar en cómo ayudar a su patria. Antes del inicio de la temporada, en febrero, pudo asistir al nacimiento de Senninha, un niño de 8 años protagonista de aventuras en los tebeos.
Sus padres fueron los diseñadores Rogerio Martins y Ridaut Days, quienes se inspiraron no sólo en el aspecto físico de Ayrton, sino también en su personalidad. Ambos se reunieron con el campeón de carne y hueso antes de lanzar el primer tebeo el 27 de febrero de 1994, editado por Editora Abril. La distribución fue gratuita en las escuelas de Brasil y también se vendió en diversos países europeos. Cuando la edición se traspasó a Brainstore a finales del año, su publicación definitivamente se canceló en noviembre.
Senninha, protagonista de tebeos inspirados en Ayrton Senna
SENNA SIGUE AYUDANDO
Aunque el cómic duró bien poco, la imagen de Senninha había calado entre los más pequeños, e incluso entre los aficionados, que desplegaban grandes pancartas y banderas en las gradas de los grandes premios. Su imagen también se comercializó en más de 370 productos, desde camisetas, gorras y juguetes hasta alimentos, zapatos y papelería. Se creó una serie de dibujos animados en la televisión brasileña. Tras la conmoción de la muerte de Senna, su familia se recompuso y creó en noviembre el Instituto Ayrton Senna, sentando ya bases sólidas y más organizadas para encauzar toda la ayuda económica y recaudar todos los derechos de imagen que generaba Senninha. Cualquier empresa que quisiera podía lucir un Senninha en su envoltorio y adherirse a la causa. Igualmente, cada producto oficial que hoy luce el nombre de Senna en todo el mundo destina un porcentaje de dinero al Instituto.
Este mismo año, por ejemplo, la firma de bolsos de viaje Caracalla Barth acaba de incluir en su colección de grandes pilotos al gran Senna. Sus modelos recuperan los colores, el diseño e incluso los dorsales de los bólidos de carreras más recordados. La colección Senna fue lanzada en el festival de Goodwood coincidiendo con el 25º aniversario del primer mundial de Ayrton, en 1988. Todos los productos de la colección lucen el número 1 y la firma del piloto. El bolso de viaje es el producto estrella. Su fabricación italiana a mano, artesanal, con los materiales más valiosos y duraderos, y su garantía de por vida, además de la exclusividad del producto en sí y la donación de parte del precio para el Instituto Senna, justifican los más de 400 euros que cuesta. Aunque para quienes no puedan desembolsar tanto dinero también están disponibles, dentro de la misma colección, una bolsa de mano (320 euros), una bolsa deportiva (144 euros), una carpeta (144 euros) o un llavero (30 euros).
DOS MILLONES DE CAMPEONES
Lejos de decrecer, la oleada solidaria continúa en el siglo XXI. Senninha ha vuelto a las páginas de los tebeos gracias a HQM Publisher, que ha devuelto a la vida al clásico personaje desde 2008. Ese año incluso se programó un videojuego basado en Senninha, de la mano de DriverBras Entertaiment: Senninha GP. Hoy el Instituto es una de las grandes ONG del país, arraigada y de enorme potencial. Todos los proyectos, todos los productos, tienen un frente común. Un frente común con 75 mil educadores para dar oportunidades a dos millones de estudiantes en más de 1.300 ciudades diferentes brasileñas.
Algunos de los niños que disfrutan de todas las ventajas del Instituto Ayrton Senna
El fruto se destina a servicios gratuitos para las administraciones públicas, gestionando el proceso educativo, incluyendo el diagnóstico y la planificación, la formación de directores y docentes, el desarrollo de soluciones innovadoras pedagógicas y tecnológicas… Todo para promover una educación íntegra para niños y jóvenes, para que tengan éxito en la escuela y sean capaces de responder a las demandas de la sociedad del siglo XXI. Los resultados positivos han conseguido la confianza de la UNESCO, de cuya red de Cátedras forma parte el Instituto Ayrton Senna desde 2004. Desde 2005 también colabora con la ONU para promocionar la educación básica, pública y de calidad.
EL MEJOR TROFEO
Quizá muchos niños brasileños que hoy se benefician del Instituto Ayrton Senna ni siquiera han visto una carrera de su compatriota. Quizá tampoco sepan para qué equipos corrió el mítico piloto brasileño que arrastra la pasión de millones de segadores por todo el mundo. Seguramente también ignoren los agrios y en ocasiones antideportivos enfrentamientos que tuvo con Alain Prost. Pero cuando abren sus libros de texto nuevos financiados con el dinero recaudado gracias a su idea y su espíritu solidarios, y sonríen a la maestra, ningún adelantamiento, ninguna derrapada, ninguna vuelta rápida… ni siquiera ningún mundial puede compararse. Y esa es la mejor manera de ser inmortal: en el corazón de millones de niños. Incluso Alain Prost así lo cree: es socio y colaborador habitual del Instituto. Porque la Fórmula 1, al fin y al cabo, no es más que un invento que puede mejorar o empeorar este mundo. Nosotros somos los responsables de elegir el camino.
VIA | Car and Driver