50 años después de su última participación, Ferrari consiguió su décima victoria absoluta en las 24 horas de Le Mans.
A bordo del 499P híbrido de Antonio Giovinazzi, Alessandro Pier Guidi y James Calado, el equipo italiano se impuso en un gran duelo al Toyota de Sebastien Buemi, Ryo Hirakawa y Brendon Hartley.
La carrera del centenario de Le Mans fue una de las más disputadas en los últimos años. Durante las primeras horas, hasta cuatro equipos lideraron la clasificación de los Hypercar en algún momento. Incluso Peugeot, con quien nadie contaba para la victoria y cuyos prototipos salieron décimo y undécimo, se mantuvo en la pugna por la victoria y el podio hasta casi el final.
Los problemas entre los favoritos se presentaron en la noche, cuando un choque en cadena entre prototipos de las tres categorías provocó la retirada del Toyota #7, uno de los grandes candidatos a llevarse el triunfo. Dos horas después, un problema técnico en el Ferrari de Fuoco /Jensen /Molina le dejó seis vueltas en boxes y sin opciones de triunfo.
La pelea por la victoria quedó en manos de dos autos: el #8 de Toyota frente al Ferrari #51. Tras 22 horas y media de carrera, un trompo del Toyota, en plena persecución, le llevó contra las protecciones, dejando el triunfo en bandeja a Ferrari. Los italianos no lo desaprovecharon y aguantaron el ritmo hasta cruzar la línea de meta.
