Un problema con la suspensión hizo abandonar al finlandés Latvala y deja enfilado el triunfo al francés
Las caras de felicidad en el equipo Ford se transformaron de repente. Discurría el antepenúltimo tramo de la segunda etapa en el Rally de Argentina cuando el líder, Jari Matti Latvala, llamaba por radio para contar que sufría un problema con la suspensión de su Fiesta. Poco después los ingenieros le recomendaban dejar de intentar arreglarlo, porque no tenía piezas suficientes, y le recomendaban retirarse para evitar males mayores.
La excepcional actuación del finlandés hasta ese momento terminaba en ese momento, según su equipo motivado por chocar contra algo, y dejaba el camino libre a Sebastien Ogier, que ya roza con sus dedos el tercer triunfo de la temporada. Porque además de perder a su principal rival, también se favorecía de los problemas de dirección sufridos por Petter Solberg, hasta entonces segundo, en el último tramo, que le hicieron perder más de un minuto y bajar a la cuarta posición.
Con una corta etapa por delante, de sólo 4 tramos y 59 kilómetros cronometrados, aunque 48 están concentrados en un único tramo, el de Ascochinga, todo indica que Ogier, que aventaja en 43 segundos a Mikko Hirvonen, 47 a Sebastien Loeb y 1 minuto y 16 segundos a Solberg, tendrá fácil sumar su tercer triunfo del año. En la categoría de producción se mantiene líder el neozelandés Hayden Paddon.
