La reina Isabel, quien falleció este pasado jueves, era una verdadera amante de los carros, en especial de los Land Rover que desde sus inicios y hasta sus últimos días, uso el SUV britanico para moverse por todas partes de Inglaterra.
Desde antes de ser reina, Isabel II ya expresaba su pasión por los autos y es que en durante la Segunda Guerra Mundial, la monarca se unió como subalterna al Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres, donde desarrolló sus habilidades automotrices, pues ahí aprendió a manejar y sobre mecánica.
Destacar que Isabel le daba mantenimiento a los Land Rover de la Segunda Guerra Mundial donde posteriormente, ascendió al trono en 1952 y meses después, el primer vehículo que recibió como monarca fue un Land Rover Serie 1.
Según el medio Cero al 100, la reina Isabel II no tenía chofer, ella solía manejar a sus asuntos políticos, a su casa de verano en Escocia o a las carreras de caballos en Windsor, hasta hace unos años.
Solamente dejó de hacerlo cuando su salud comenzó a decaer y luego de que a bordo de un Range Rover, el príncipe Felipe de Edimburgo tuviera una accidente por conducir a edad avanzada (97 años).
La penúltima vez que se vio a la reina conduciendo fue a los 93 años de edad a bordo de un Range Rover. En 2015, la reina recibió un Range Rover híbrido con techo descubierto durante la presentación del Regimiento Real de Gales.
Lo anterior convirtió a Land Rover en el único fabricante de autos con tres títulos honoríficos de Royal Warrants, uno otorgado por la reina de Inglaterra, otro por el duque de Edimburgo y uno más por el príncipe de Gales.