El día de Halloween que se celebra en muchos países es una excusa perfecta para relatar historias fuera de lo habitual. Este año les hablaremos del Gräf & Stift Double Phaeton, un auto fabricado en 1910 sobre el se conocen historias poco habituales
El día de Halloween que se celebra en muchos países es una excusa perfecta para relatar historias fuera de lo habitual. Este año les hablaremos del Gräf & Stift Double Phaeton, un auto fabricado en 1910 sobre el se conocen historias poco habituales.
Todo comenzó a principios del Siglo XX. El imperio Austro-Húngaro aún extendía su influencia por toda Europa Central y Oriental. Eran los albores del automóvil, que entonces era un bien que sólo los más adinerados podían permitirse. En el día 28 de junio de 1914 – hace algo más de 99 años – la situación política en Sarajevo era tensa. Los nacionalistas habían tratado de asesinar por la mañana al príncipe Franz Ferdinand, heredero del trono Austro-Húngaro. El intento había fallado, con una bomba casera que sólo hirió a los escoltas.
Los nacionalistas serbios reclamaban la independencia, con el apoyo de un fuerte movimiento estudiantil y anarquista. Franz Ferdinand decidió ir a visitar a sus hombres heridos al hospital. Su chófer se pedió en las calles de Sarajevo, deteniendo el descapotable por casualidad bajo la ventana en la que Gavrilo Princip estaba apostado, no esperando ver a su objetivo de la mañana. El príncipe y su esposa fallecieron por los disparos de Princip. Austria declaró la guerra a Serbia al poco tiempo de conocer los fatídicos hechos.
Un complejo “juego de tronos” se desmoronaba en Europa, empujando uno a uno a los países a un conflicto que duró más de cuatro años y dejó a sus espaldas más de 20 millones de muertes. ¿Qué tiene que ver este descapotable en la Primera Guerra Mundial? Para empezar fue el auto en donde el heredero y su esposa fallecieron, pero es considerado uno de los autos malditos de la historia, cobrándose la vida de muchos de sus propietarios posteriores (más de 15), en extrañas circunstancias.
Tras la Primera Guerra Mundial, comienza la leyenda
Cuenta la leyenda que tras el conflicto, el gobernador de Serbia tomó propiedad del Gräf & Stift. Cuatro accidentes sufrió a sus mandos, llegando casi a perder un brazo. Creía que el auto debía ser destruido, a lo que su doctor se opuso, negando que el carro estuviese maldito. Tras seis meses de conducción sin incidentes el cuerpo sin vida del doctor apareció aplastado bajo el auto, que había volcado en un camino. Poco a poco algunas personas comenzaban a pensar en el legado de muerte y tragedia que la máquina dejaba a su paso…
Otro doctor lo adquirió y lo reparó, pero sus pacientes dejaron de acudir a su consulta, creyendo que algo malo les pasaría. El doctor se salvó, vendiendo el auto a un adinerado suizo, que lo usaba en rallies. Un accidente tonto catapultó al piloto fuera del auto, rompiendo su cuello al caer por encima de un muro. Un granjero de éxito fue el siguiente dueño. Un buen día, el auto se negaba a arrancar. Otro granjero intentó ayudar a remolcarlo, pero por motivos desconocidos, el auto terminó aplastando a ambos, en un accidente difícil de explicar.
Tiber Hirschfield fue el último dueño. Sabía del historial del auto, y por ello ordenó que fuese pintado de color azul claro, con la idea de ahuyentar a los malos espíritus. Todo intento fue en vano, y el Gräf & Stift se cobró seis víctimas más, sufriendo un nuevo accidente de camino a una boda que acabó en tragedia. Al parecer, fue la gota que colmó el vaso: el gobierno austriaco compró el auto y lo restauró, para exponerlo en el Museo Militar de Viena. La historia de este singular vehículo no terminó ahí, ni mucho menos.
El Museo Militar de Viena fue bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial por los aliados. Adivinen quién fue uno de los pocos supervivientes. En efecto, este siniestro y oscuro automóvil, cuyo tono negro e historia malévola es capaz de causar pesadillas. Hoy en día, sigue siendo uno de los principales reclamos turísticos del Museo Militar vienés. Una historia aterradora de leyenda… que desgraciadamente sólo es una leyenda.
Sólo hay dos hechos ciertos en una historia que se ha hecho popular en Internet, pero que ahora desmitificamos. En efecto, fue el auto en el que los herederos del Imperio Austro-Húngaro fallecieron asesinados, y sobrevivió al bombardeo del Museo Militar de Viena durante la Segunda Guerra Mundial, pero eso es todo. El auto siempre fue de color negro, Serbia no tuvo gobernador tras la guerra y el auto no se cobró ninguna víctima directa, a no ser que creamos que la Primera Guerra Mundial fuese culpa directa de un inofensivo trozo de metal con ruedas.
No obstante, hay un detalle estremecedor que no se ha contado, una macabra coincidencia numérica que pone los pelos de punta y casi parece intencionada. Pero podemos certificar que es completamente cierta. Observen la matrícula del auto. En ella se puede leer A III 118. Haciendo un ejercicio de abstracción, la A significaría armisticio, y el resto de cifras puede interpretarse como la fecha 11/11/18. Exactamente el día en el que se firmó el armisticio en Versalles, poniendo fin al conflicto más sangriento hasta la fecha.
Una foto tomada minutos antes del asesinato que inició el conflicto certifica que la matrícula ya era la misma.
Por: diariomotor.com