El periodista Mat Watson no tuvo suficiente con enseñarle a su madre, de 70 años, la conducción autónoma en un Volvo XC60 o la aceleración en el Audi RS4 Avant. El próximo paso era mostrarle cómo driftear y dejar que ella misma lo hiciera en un auto de 450 caballos de potencia.
Su primera vez en el drifting fue sólo unos minutos antes de dejarla a ella driftear y pocas horas después de que describiera esta actividad como “deslizar el auto a un lado y a otro” de la forma más inocente posible. Una aventura de lo más intensa le esperaba.
Primero su hijo le daría algunas lecciones en el BMW M2 Competition, para luego darle protagonismo a ella en el BMW M4 Competition. La principal conclusión que sacamos de este vídeo es que todos queremos una madre como Sally. A pesar de pasarlo mal mientras es pasajera del drifting de Matt y de incluso cerrar los ojos mientras tanto, no se echó para atrás en el reto final, que haría con un instructor como copiloto llamado Sam.
Sam fue el compañero perfecto para alguien que vivía su primera experiencia de drifting. Además, resultó que la alumna aprendió más rápido de lo esperado y que incluso también sonrió más pronto que tarde y disfrutó de la experiencia.
A medida que avanzaba y adquiría confianza, incluso salió un pequeño grito de su pecho. “¡Woooo!”, se escuchó, tras un donut completado con éxito.
Lección aprendida y tocaba enseñarle sus nuevas habilidades y sorprender a Mat. Chocó las cinco con su instructor y celebró que esto de aprender…¡afortunadamente no tiene edad!
¿Qué tendrá preparado el loco de Mat para la próxima clase? ¡Estamos ansiosos!
Mientras tanto, os dejamos ésta, por cierto, una gran idea como regalo para el Día de la Madre:
¡De nada, amigos!