Alon Abare salió en los telediarios por la historia que probablemente no le gustaría protagonizar a nadie: el ventilador de su auto aspiró su melena y le provocó graves daños.
Parece una película de ciencia ficción, pero es real. De hecho, Alon lleva una peluca para esconder sus heridas. Esta mujer levantó el capó de su auto para arreglar un foco, con la melena suelta, sin apagar el motor y se quedó sin pelo. La mujer se puso a gritar y pidió ayuda. Por suerte sus cuatro hijos acudieron al rescate.
“Lo hice sin pensarlo y mi pelo se quedó atrapado en la correa“, cuenta ella misma a Inside Edition.
Uno de sus hijos apagó el auto en 30 segundos y otra de ellas cortó el pelo con las tijeras para separarla del ventilador. “Estaban centrados y estaban motivados, querían salvar a su madre”, comenta la protagonista.
Desde el accidente tuvo que tratarse en un centro de cirugía plástica en Nueva York. El doctor que se ocupó de ella habla de que tuvieron que retirar mucha piel antes de hacer un trasplante. Mientras espera a la operación, usa su peluca, que le recuerda que sobrevivió a un error fatal.
Esta historia nos deja una enseñanza clara muy importante: no abrir el capó sin antes apagar el motor.