A los mandos de un monoplaza o de un auto de rally, en circuitos y carreteras, son muy pocas las mujeres que compiten a un alto nivel en un automovilismo que sigue siendo un entorno muy masculino. ¿Cómo solucionarlo? Permitiendo a las jóvenes medirse con los mejores lo antes posible.
Las 24 Horas de Le Mans acogen de nuevo este fin de semana a un equipo 100% femenino, el de la escudería Iron Dames, creada en 2019.
Además, habrá otras dos mujeres dentro de formaciones mixtas. Una de ellas es la joven Lilou Wadoux, que hace equipo con el multicampeón mundial francés de rallies Sébastien Ogier.
El automovilismo de alta competición no está teóricamente reservado solo a los hombres, pero las mujeres están ampliamente subrepresentadas, cuando no ausentes por completo, en varias disciplinas.
“Mientras no haya más chicas en la base, no podremos esperar que haya más en la categoría superior”, estima la alemana Jutta Kleinschmidt, única mujer en haber ganado el exigente Rally Dakar (en 2001).
Porcentajes bajos o inexistentes
En Francia, país donde tienen lugar las 24 Horas de Le Mans, las mujeres en el automovilismo suponen el 13%, según la Federación Francesa de ese deporte (FFSA), pero baja del 11% (10,38%) en la franja de edad de 7 a 17 años, precisamente el tramo en el que se decide quiénes pueden optar a una carrera profesional.
“Quizás nuestra base de mujeres con licencia no es lo suficientemente elevada”, admite Nicolas Deschaux, presidente de la FFSA, aunque subraya que existe una progresión del 15% “entre las chicas en los últimos diez años”.
En un plano mundial, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) constata que en el automovilismo apenas hay un 5% de mujeres.
Para mejorar su visibilidad, la FIA creó en 2009 la comisión ‘Mujeres en el deporte del automóvil’.
¿El motivo? “Veíamos a chicas jóvenes que salían pero que, en un determinado momento, lo dejaban porque generalmente maduran mucho antes que los chicos (…) Se dan cuenta entonces bien de que no tienen futuro (en ese deporte) o que tienen otros intereses”, explica a la AFP Michèle Mouton, que presidió esa comisión hasta finales del pasado año.
Ninguna mujer figura en la parrilla de salida de la Fórmula 1, ni tampoco en la F2 y la F3, las dos antecámaras a la élite. Tampoco hay presencia femenina entre las aspirantes al título en el Mundial de Rallies (WRC).
En más de 70 ediciones del Mundial de Fórmula 1, únicamente dos mujeres han tomado la salida en un Gran Premio, la última de ellas en 1976.
“Estoy totalmente convencida de que no hay una única manera de tener una mujer que alcance la élite, ya sea en circuito o en rally: que compita con los mejores” desde sus inicios, señala Michèle Mouton.
Programas de inclusión
Varias iniciativas se han ido lanzando recientemente para tratar de ponerle remedio: el programa FIA Girls on Track-Rising Stars de la comisión sobre las mujeres en el automovilismo trata de detectar los talentos precozmente. Algo similar realiza la filial mixta de formación de pilotos de la escudería de F1 Ferrari, la Ferrari Driver Academy.
En 2019, un campeonato de monoplazas reservado a jóvenes competidoras (bautizado W Series) fue lanzado y se disputa en el marco de los Grandes Premios de F1. Las primas logradas deben permitir a las competidoras financiar su carrera en categorías mixtas.
Pero para Michèle Mouton, esa última categoría “no llevará nunca a nadie a lo alto”.
“Si se disocian los campeonatos y se deja a las mujeres en un lado y a los hombres en otro, eso significa el final de las mujeres, ya que solo se progresa si compites contra los mejores”, defiende esta subcampeona mundial de rallies (1982).
Un ejemplo de ello sería la presencia de la británica Jamie Chadwick, coronada en 2019 y 2021 en esa competición femenina, en la que sigue tomando parte.
Por: AFP