De las 500 unidades que se fabricará del Chiron, 320 ya están vendidas, lo que confirma el gran éxito del nuevo modelo de Bugatti, una compañía que no necesita demostrar que su auto es el superdeportivo más rápido del mundo, así que aplazan su test de máxima velocidad, según ha asegurado el director ejecutivo de la marca Stephan Winkelmann a la CNBC. A los futuros propietarios de este modelo parece que ese dato no le importa y mucho menos a su jefe, al menos por ahora.
A finales de junio de 2016 el exdirector ejecutivo de Bugatti Wolfgang Dürheimer anunció que el Chiron intentaría convertirse en el coche más rápido del mundo. A día de hoy aún se desconoce su velocidad máxima.
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“El test de velocidad no es mi prioridad, tengo muchas cosas que hacer. No sé lo rápido que puede ser nuestro auto”, ha señalado Winkelmann, según ha informado el portal web Car Scoops.
“Quizás, no lo sé”, declaró cuando se le preguntó si quizás este test no llegaría nunca.
La razón por la que se pospone esta prueba es porque se cree que Bugatti sabe que el Chiron no es tan rápido como el Koenigsegg Agera RS. El superdeportivo sueco logró una velocidad media de 447,2 kilómetros/hora y una velocidad punta de 457,5 kilómetros/hora en su segunda prueba, en el desierto de Nevada.
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Koenigsegg también logró superar el récord del Bugatti Chiron de ponerse de cero a 400 kilómetros/hora cinco segundos y medio más rápido con el Agera RS. Además, de acuerdo con el videojuego Forza 7, el Koenigsegg One 1 se comería al Chiron en una carrera de una milla, a pesar de tener menos más potencia, ya que es más ligero.
¿Será esta la razón de Winkelmann para no tener interés en descubrir al mundo la velocidad máxima que puede alcanzar el Chiron?
