La compañía suiza, NanoFlowcell, creó un vehículo que funciona a base de agua salada.
El proyecto que dio inicio en 2014, cuenta con un sistema de baterías que utilizan dos electrolitos líquidos (con sales metálicas, de forma simplificada), que presentan la ventaja de que son inocuos y no son inflamables.
La firma mencionó que un kilogramo de sus baterías es capaz de almacenar 20 veces más energía que una de las actuales de litio, lo que le permite ofrecer vehículos con hasta mil kilómetros de autonomía, y capaz de recuperar esa autonomía en pocos minutos.
Según el Universal, el objetivo del desarrollador fue hacer un automóvil eficaz, tecnológico y sostenible. Por el momento, cuentan con tres unidades del Quantino que han completado más de 150 mil kilómetros de momento, no se sabe si se llegará a comercializar y cuál sería el precio final.