La historia del Toyota Sprinter Trueno (AE86), también conocido como Corolla o Levin, comienza en 1983 con su lanzamiento en el mercado japonés y desde ese entonces, se convirtió en un modelo legendario gracias a su alto potencial de tuning, donde el mejor ejemplo vive en Pérez Zeledón y genera más de 600 caballos de fuerza.
Para esta entrega de #ProyectosPuroMotor nos trasladamos hasta el Valle del General, donde nos abrió las puertas Adrián Fallas Gamboa, para conocer a fondo su AE86 el cual mantiene su aspecto clásico sin embargo, en su interior posee un motor 2JZ, suspensiones mejoradas así como un interior completamente personalizado.
Este aficionado de los autos, especial de los Toyota, dice que desde que tiene memoria ha tenido autos de la firma japonesa, pasando por diferentes modelos hasta aterrizar en un Lexus de uso diario y por supuesto, su proyecto, el cual levanta miradas por donde sea que pase.
“Desde pequeño, he visto modificaciones realizadas tanto en japón como en EEUU con este tipo de autos, así fue como me nació la idea de yo realizar mi propio auto, personalizado a mi gusto y con una potencia superior a la de fábrica y desde hace unos 3 años compré este pequeño, que fui construyendo junto con la ayuda de varios amigos, hasta tener el resultado actual”, expresó el ingeniero de profesión.
Dice que la idea principal era restaurarlo a su estado original, con el motor 20 válvulas de serie pero, al ser un amante de la velocidad se vio obligado a mejorarlo hasta finalizar hasta donde está hoy.
Con la ayuda de Oscar Serrano, jefe de mecánicos, el modelo con el propulsor antes mencionado que genera casi 600 Nm de torque se complementa con una caja de cambios R150, suspensiones Mega Racing y frenos Wilwood.
Con un peso por debajo de los 1000 kilos, se maneja de forma ágil y potente como es de esperar, esto gracias a la puesta a punto Cristian Montenegro, vía remota así como otros parámetros del modelo.
Una vez finalizado el proyecto, expresan que fue un reto tanto humano como de amigos ya que, el conseguir las piezas, armar y dejarlo listo para rodar fue todo un tema pero, que al final se logró y los unió como amigos.
“Yo quería un carro para el día a día con buenas prestaciones pero, a la vez, llamativo, esto sin dejar de recalcar que él es el modelo de mis sueños, tanto así que lo quiero mantener hasta que muera. Los detalles, cada moneda invertida, es algo, un pedazito de mi que deja en evidencia mi amor por los autos”.
