El Suzuki Samurai se ha ganado un espacio dentro de la comunidad del motor a nivel mundial y en Costa Rica no es la excepción, ya que, existen modelos totalmente armados o restaurados a su estado original. En esta línea, llega un ejemplar desde Tilarán que desde hace 20 años está en la familia Méndez.
Con 3 millones de unidades vendidas en todo el mundo y comercializado en 194 países, con nombres como Suzuki Maruti Gypsy (India), Suzuki Caribian (Tailandia) este 4×4 destacó por equipar un motor de 359 centímetros cúbicos de dos tiempos refrigerado por aire con solo 21 caballos de fuerza.
La serie que ganó popularidad apareció en el 1970 denominada J10 con una estética más cercana a lo que luego sería el el SJ10, que llegaría en 1975 y el SJ20, que surgió dos años más tarde.
Aterrizando en nuestro protagonista, es un SJ-413 1986 el cual está la familia Méndez desde hace un buen tiempo, siendo parte trascendental en el desarrollo de la misma tanto a nivel recreacional como de trabajo y que ahora es propiedad de Marco, el hijo de Bernal, él que adquirió el modelo allá por el año 99.
Este amante de los carros y vecino del pueblo del agua y el viento, dice que desde que era de su padre, siempre quiso conservarlo, restaurarlo y dejarlo para él y así fue como sucedió, tras un buen tiempo de espera ya que el proceso de restauración fue tedioso.
“El proceso ha sido muy divertido, bastante disfrutado y el mantenerlo es sencillo ya que es muy económico en repuestos y la agencia aún vende repuestos originales”, expresó Marco Méndez.
Al 4×4 se le cambió la carrocería por completo ya que la anterior estaba llena de óxido así como el chasis fue pintado totalmente para dejar al Samurai como recién salido de la agencia.
Dicho proyecto fue iniciativa de ambos, ya que en su propio taller comenzaron con el desmonte de las piezas y reparación de las mismas, por lo que se convirtió en un pasatiempo para los dos que se ve reflejado en un modelo de primera y que ahora aprecian el triple.
“Ver el carro después de mucho dinero y tiempo parqueado es una de las mejores satisfacciones que existe, ahora es mi carro de uso diario y el consentido con el cual viajo con los amigos por terrenos difíciles y a acampar”.
El ligamen que tiene el modelo con su padre y la familia refuerza el aprecio de su actual propietario y de su padre, quienes ven reflejado en esas cuatro ruedas miles de historias familiares y de aventura extrema que más que un carro lo consideran como otro miembro de la familia.