El territorio costarricense siempre se ha destacado por esconder joyas de la automoción únicas en Centroamérica, una de ellas es este Chevrolet Capitol AA de Don Allan Gutiérrez, el vecino de Alajuela que posee más de 10 modelos clásicos en su casa donde la joya de la corona es su querido chevy que ama sobre toda las cosas.
Este amante de los clásicos americanos y algunos europeos, recibió a Puro Motor en su casa muy amablemente con una sonrisa permanente cada vez que se refería a cada uno de sus autos, en especial al chineado que con sus propias manos y la ayuda de amigos restauró desde hace ya varios años.
Lanzado el año en que Ford cambió del Modelo T al Modelo A, Chevrolet vendió 678,540 autos Serie AA y ayudaría a Chevrolet a desafiar el dominio de su competencia en el mercado internacional. Disponible en ocho estilos de carrocería, era muy similar a la del Chevrolet Serie V Superior de 1926 y la Serie Superior K de 1925.
Con más 70 años a sus espaldas, dice que desde que estaba en la escuela ama los carros y que apenas de salir de la escuela se iba para el taller de un amigo a conocer más de la mecánica de los carros así como el nombre de las herramientas, así fue creciendo en el mundo de los autos hasta que llegó su oportunidad, hacerse con un Capitol AA.
“El carro estaba totalmente desarmado, podrido y casi irreconocible, yo tuve que mandar a traer a los Estados Unidos, los manuales oficiales del carro para estudiar y proceder a restaurar el carro que no cualquiera lo hubiese hecho, tanto por su complejidad como por sus partes, que son un poco complicadas de conseguir”, expresó.
El modelo al estar construido originalmente en madera estaba en un estado complicado, ya que la polilla había hecho de las suyas, en un transcurso de 10 años, este amante de los autos, usó madera de teca para montar las bases e ir construyendo lo que sería el chasis del modelo.
La idea inicial fue conservarlo totalmente original y así fue, ya que partes como las ruedas, el motor reconstruido y el tapizado interior, obedece a las características y diseño de la época e incluso, los focos principales fueron traídos desde el norte del continente.
“El motor de este modelo posee particularidades muy características de la época como por ejemplo la bomba de gasolina que es inexistente, ya que sus sistema trabaja por gravedad, lo que significaba que al llegar a una cuesta muy pronunciada, el carro se apagaba porque no le llevaba combustible al propulsor, conforme pasaron los años, la marca corrigió el problema”, comentó.
Dice que no lo vendería y que solo él sabe lo que le ha costado tenerlo a como lo tiene, que incluso, la marca oficial Chevrolet en Costa Rica, lo usa anualmente para exposiciones donde los espectadores se toman fotos y le preguntan sobre el modelo.
Pero, este excontador de profesión también nos presentó su segundo chineado de la casa, un pick-up Studebaker de 1952, un modelo que se fabricó desde el 49 hasta el 53, este en particular se denomina 2r5 y está en su casa desde hace ya más de dos décadas.
Al igual que el protagonista anterior, este otro auto significa para él años de ilusión y amor plasmados en una máquina de uso diario y modificado para que sea más potente.
“A este carro yo le cambié el motor por un V8 más potente y le monté una caja de cambios automática, ya que es el carro que más uso para salir los domingos a pasear con mi esposa Alicia y nuestro apreciado hijo Victor Manuel”.
Dice que se siente muy contento cuando ve que termina un proyecto de los que tiene en marcha. Entre sus autos destaca un Jaguar, VW escarabajo, Mustang, Chevy Nova, entre otros modelos más.
“Siempre que llegaba con un carro nuevo a la casa mi esposa me decía que ya no más autos, que eran muchos, sin embargo, pese a los disgustos de ella, yo nunca me he echado para atrás y no me voy a morir hasta que cada uno de estos carritos estén completamente restaurados y rodando”.