Las implicaciones de este descubrimiento son enormes, BMW acaba de registras las siglas M8 y M850 en el registro de patentes, junto a unas cuantas denominaciones que solo se podrían corresponder con las cifras que identificarían a las futuras versiones de una hipotética Serie 8.
Por Sergio J. Cabrera
El Serie 8 como tal era presentado en 1989 y desaparecía sin sucesor en 1999, su nacimiento no había sido en el mejor momento económico, a principios de la década de los noventa sobrevenía una crisis económica y un Grand Tourer como eran los modelos de la Serie 8 no tuvieron la acogida que la marca esperaba.
Su afilada silueta y sus faros de tipo pop-up o retráctil eran su seña de identidad más clara, y una vez llegado el siglo XXI, la Serie 8 desaparecía para siempre. Diversos informes indican que la marca podría estar planteándose el retorno de los BMW 800, sobre todo por la evidencia que arroja la ofician de patentes, además de ciertos rumores que apuntaban desde hace semanas a que la Serie 6 actual podría desaparecer, dando paso a dos nuevos modelos.
Por un lado un deportivo de menor tamaño, que entraría en la misma órbita que los Porsche 911 o Mercedes-Benz AMG GT, y por otro, un nuevo coupé de lujo que estaría basado en la nueva plataforma reforzada con carbono del Serie 7, y que daría por fin respuesta al Mercedes Benz Clase S coupé, el único modelo alemán que por el momento parece haber dado guerra a las versiones más deportivas de Rolls Royce y Bentley.
Las denominaciones registradas sugieren incluso toda una gama para el nuevo coupé de lujo, entre las que se encuentran las dos más importantes, M850 y M8. Esta última nunca fue empleada oficialmente por BMW, a pesar de que durante años aficionados y medios esperaron una versión más radical del demasiado burgués deportivo bávaro.
Sin embargo, eso no quiere decir que no existiera. Hace unos pocos años BMW desvelaba en un evento solo para la prensa el antiguo prototipo secreto del BMW M8, un estricto biplaza que radicalizaba las características del BMW 850 de 12 cilindros, con una potencia que llegaba a los 600 caballos, lo que lo hubiera situado en la cúspide de los Gran Turismo del momento sin ningún lugar a dudas.
La calculadora de los ejecutivos de BMW arrojó cifras negativas y decidieron enterrar el proyecto, llegando incluso a mentir, negando su existencia o afirmando que el prototipo había sido destruido.
