El término “Sleeper” se utiliza para denominar aquellos vehículos con prestaciones mucho mayores a los de su modelo original, que conserva un exterior prácticamente igual pero concentrando la mayoría de sus modificaciones en sus partes interiores (motor, chasis, suspensiones), entre otras.
La idea de estos autos es engañar a “ojos no entrenados” poniendo emblemas de motorizaciones inferiores, e incluso retirar Kits de carrocería deportiva que puedan traer las unidades de fábrica, reemplazándolos por variantes más convencionales. La idea es llamar la atención lo menos posible.
Los “Sleeper” son muy queridos entre la comunidad entusiasta, porque dan esperanza de tener un auto de alto rendimiento sin la necesidad de tener un deportivo exótico, además de que sus propietarios sienten una gran satisfacción cuando hacen “piques” contra carros mucho más caros y terminan ganando.
En algunas ocasiones los propietarios de estas máquinas los dejan llenar de óxido, como es el caso de los clásicos estadounidenses, modelos con más de 50 años, que a primera conclusión parecen chatarras, pero que en su interior esconden algo inimaginable.
Ahora bien, si usted tiene un vehículo normal y lo quiere vender, piénselo mejor. Tal vez el destino sea convertirlo en un “Sleeper”, podrá ganar diversión y despreocuparse de que algún amante de lo ajeno intente robar su automóvil con súper rendimiento oculto.
