A finales del pasado mes de enero, Audi envió su primer SUV de propulsión eléctrica a las pistas en las que los mejores esquiadores compiten por la victoria hace 75 años en la Hahnenkamm Race. El Audi e-tron, especialmente equipado para la ocasión, conquistó el pico Mausefalle en la legendaria pista Streif.
Con una gradiente del 85%, el “Mausefalle” es la sección con mayor pendiente del famoso descenso que tiene lugar en la legendaria pista “Streif”, en Kitzbühel, Austria. Para escalar esta “pared”, el Audi e-tron estaba equipado con un tren motriz quattro especial, con dos motores eléctricos en el eje trasero y uno en el delantero, capaces de rendir una potencia total de sistema de hasta 370 kW (503 caballos) y un par máximo de 8.920 Nm.
Esto aseguró el rendimiento necesario para afrontar la subida de una pendiente tan pronunciada. Audi también modificó el software en lo referido a la entrega del par motor y a su distribución a las ruedas, para adaptarse a las exigencias de una pista tan especial como el de la “Streif”. Las llantas de 19 pulgadas equipadas con neumáticos con clavos desarrollados específicamente para este desafío se encargaron de proporcionar el agarre necesario sobre la nieve y el hielo.
“Al principio, superar una pendiente con un desnivel del 85% parece imposible”, comenta Mattias Ekström, encargado de pilotar el Audi e-tron adaptado. “Incluso me impresionó la forma en la que este vehículo se desenvuelve en un terreno tan desfavorable”, agrega el campeón del mundo de Rallycross y bicampeón del DTM, que considera esta prueba como una de las experiencias más extraordinarias que ha tenido ocasión de vivir.
Para la mayor seguridad posible, el Audi e-tron también estaba equipado con una jaula especial antivuelco y con un asiento de competición dotado de un cinturón de arnés con seis puntos de anclaje. También se añadió un sistema de seguridad adicional mediante un cable de sujeción. En ningún momento intervino ningún dispositivo de tracción.
Audi contó con un colaborador para este proyecto, la marca austríaca de bebidas energéticas Red Bull. Las dos compañías mantienen una asociación en la Hahnenkamm Race, y afrontaron juntas este desafío.