El británico Lewis Hamilton (Mercedes) ganó este domingo el Gran Premio de China de Fórmula 1, disputado en Shanghái, y pasó a encabezar la clasificación del campeonato mundial de pilotos, tras una carrera en la que la estrategia adoptada por Ferrari provocó polémica.
Hamilton ganó la carrera número mil de Fórmula 1, delante de su compañero de escudería, el finlandés Valtteri Bottas, que partió de la “pole position”, y del alemán Sebastian Vettel (Ferrari).
Es el tercer doblete de Mercedes en otras tantas carreras en lo que va de temporada: el finlandés superó al británico en el Gran Premio de Australia, mientras que Hamilton venció a Bottas en Bahrein y Shanghái.
Una hazaña así no se veía en Fórmula 1 desde que los consiguiera el equipo Williams en 1992.
Tras este resultado en la carrera 1.000 de la Fórmula 1, Hamilton toma la cabeza provisional del campeonato con 68 puntos, seis más que su compañero de escudería.
El holandés Max Verstappen (Red Bull), el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) y el francés Pierre Gasly (Red Bull) se clasificaron respectivamente cuarto, quinto y sexto. Gasly sumó además el punto de la vuelta rápida en carrera.
Verstappen es tercero en la clasificación provisional del Mundial con 39 puntos, superando por 2 y 3 puntos respectivamente a los pilotos de Ferrari, Vettel y Leclerc.
“Podría haber sido mucho más complicado”, reconoció Hamilton tras la carrera, refiriéndose a los problemas que encontró en los entrenamientos, donde Bottas, que parece mucho más competitivo esta temporada, fue siempre más rápido.
“Al comienzo del fin de semana, estaba lejos del ritmo de Valtteri. Podría haberme calificado tercero o cuarto. Felizmente encontré el ritmo en el buen momento de la calificación y después he hecho una gran salida, lo que ha marcado la diferencia”, explicó.
Hamilton, que últimamente había sido superado siempre en las salidas, ha estado entrenando mucho este ejercicio en las últimas semanas y los resultados son evidentes.
Mercedes “demasiado rápidos”
En la clasificación de constructores, la diferencia no deja de crecer entre las Flechas de Plata y la Scuderia, que parecía favorita antes de comenzar la temporada después de sus buenos ensayos invernales: la marca alemana ya aventaja en 57 puntos a la italiana.
“Hemos tratado de seguirles pero simplemente no hemos podido. Desde la salida fueron demasiado rápidos”, admitió Vettel. “No podíamos esperar algo mejor que acabar tercero y cuarto”, es decir, sus posiciones en la parrilla.
Salvo que Leclerc cruzó la meta en quinta posición, penalizado por una estrategia de equipo discutible.
La Scuderia no se esconde: su principal baza es el cuádruple campeón alemán, por delante del joven monegasco, de 21 años y con una sola temporada de experiencia en la élite (en Sauber en 2018), pese a que Leclerc estuvo a punto de ganar su primera carrera hace 15 días en Baréin y de que está siendo más rápido que Vettel desde el inicio del Mundial.
Leclerc tiene “derecho a estar decepcionado”
Leclerc pasó a Vettel en la salida en la disputa por el tercer puesto, pero su equipo le obligó a dejar pasar en la undécima vuelta al alemán, que decía ser más rápido que su compañero.
Por detrás, Red Bull jugó la baza de la astucia, haciendo pasar a Verstappen por el garaje antes que los Ferrari, lo que obligó a la Scudería a sacrificar la cuarta plaza de Leclerc para salvar el podio de Vettel.
Interrogado por esta estrategia, ampliamente criticada en el paddock, Leclerc prefirió “no comentar” lo ocurrido ante la prensa. “Hace falta que lo hable (con el equipo), que tenga una imagen general de la carrera. Desde el cockpit es un poco difícil digerirlo, peor a veces no tenemos la misma impresión que desde el muro”, desde donde se toman las decisiones, añadió.
“Teníamos que intentarlo porque me sentía más rápido que él”, se justificó Vettel. “Creo que hemos actuado bien por el equipo”.
“Si Charles está decepcionado, tiene derecho y tenemos que aceptarlo”, cerró por su parte el patrón de la Scuderia Mattias Binotto. “Entiendo este sentimiento, pero, en ese momento de la carrera, los Mercedes eran más rápidos y tratamos de dar a Seb la mejor opción posible. No se trataba de favorecer a un piloto (en detrimento del otro”.
Es ahora la gran labor que espera a Ferrari antes del Gran Premio de Azerbaiyán el próximo 28 de abril: apagar el conato de incendio que amenaza con arruinar la temporada al equipo italiano y poner fin a la hemorragia de puntos que se le están escapando de cara a la lucha por el campeonato de constructores.
Por: AFP