El GP de Austria marcó el fin de la racha de victorias de Mercedes, y sus contratiempos no fueron en un monoplaza, sino en los dos.
Las altas temperaturas mostraron la debilidad del equipo alemán, ya que en la pista se alcanzaron los 50 grados en el momento de la salida y 30 en el ambiente. Según comentó el jefe de equipo, Toto Wolff, en declaraciones a la agencia de noticias GGM, el principal contratiempo que tuvieron que enfrentar fue de refrigeración del chasis, lo que les obligó a bajar el ritmo.
“Abrimos el chasis lo máximo posible. La otra forma de conseguir bajar las temperaturas era el lift and coast (técnica que consiste en levantar el pie del acelerador antes de la frenada). Sabíamos que teníamos un problema con la refrigeración del chasis, es nuestro talón de Aquiles, pero perder es la mejor forma de aprender. En Austria teníamos que hacer lift and coast cada 400 metros para refrigerar el auto”, comentó el austríaco.
“Los demás fueron al máximo, como debería ser en Fórmula 1. Por suerte, no hay muchas carreras en las que haga un calor como éste, quizás Hungría o México”, añadió Wolff, admitiendo que en Spielberg no pudieron competir al máximo como sí lo hicieron el resto: “Estábamos dando vueltas, no estábamos compitiendo, pero aunque no fue un buen día para nosotros, lo fue para la Fórmula 1”.