Primer auto electrico en ganar la competencia
Posiblemente en una de las ediciones más sin gracia de la subida hacia las nubes, los prototipos eléctricos han demostrado que han encontrado su terreno y ya pueden presumir de haber sido capaces de ganar la clasificación absoluta de una de las citas más celebres del automovilismo internacional frente a rivales propulsados por motores de combustión interna. En concreto fue Rhys Millen, ganador además del duelo con ‘Monster’ Tajima el encargado de hacer el mejor tiempo en la 93ª edición a la Subida al Pikes Peak.
El neozelandés hacía historia al volante del DRIVE eO PP03 de 1 MW (1.367 HP), consiguiendo además de la mejor marca de un eléctrico en la PPIHC la victoria absoluta con un tiempo de 9 minutos y 7,222 segundos. Tras él, su principal rival, ‘Monster’ Tajima que con su e-Runner evolucionado con la colaboración de Rimac Automobili lograba la fiabilidad que le había faltado durante las últimas ediciones. Aun así el japonés se quedaba lejos de Millen, con un registro de 9 minutos y 32,401 segundos.
Sin duda es un hito que Millen además de haber conseguido la primera victoria para un eléctrico en esta competición el hecho de haberse quedado a menos de un minuto del record absoluto conseguido hace dos temporadas por Sébastien Loeb y Peugeot de 8 minutos y 13,878 segundos. Tardará unos años en bajarse dicha marca, al menos en el caso de los prototipos eléctricos ya que el peso de las baterías hace que el conjunto sea todavía muy elevado. Obviamente se contrarresta en parte con el impresionante par y que no se pierde apenas potencia en las cotas más altas del recorrido, pero bajar ese minuto de diferencia se antoja harto complicado con los limitados presupuestos de estos pequeños equipos.
Sin el LMP2 de Honda que iba a ser pilotado por Justin Wilson (cuanto menos anecdótico que fuera el motor de los japoneses el que les dejara fuera), Paul Dallenbach y Jeff Zwart iban a ser los defensores de los motores tradicionales en esta edición. Dallenbach voló con su Open Wheel, logrando el record de su categoría con un crono de 9 minutos y 36,496 segundos, mientras que Zwart, con su Porsche de la categoría Time Attack se quedó cuarto a más de nueve segundos.
La ausencia de grandes proyectos dentro de la categoría Unlimited se notó. No estuvieron presentes ni el grupo de franceses (Jean Philippe Dayraut, Romain Dumas o el propio Sébastien Loeb) o habituales como Pat Doran y su Ford RS200. Esto hizo que el mejor representante de dicha clase este año fuera Dominic Dobson y el Radical SR8 con una pobre marca de 10 minutos y 15 segundos (8º clasificado), impropia para estar hablando de Unlimited. Entre las motos, Honda lograba imponer la potencia de sus CBR 1000 y con Jeffrey Tigert al manillar marcaba un impresionante crono de 10 minutos y 2,735 segundos.
Via Diario Motor