“No conozco los rallies, quizás ella tampoco la F1”, asegura
La piloto española de 27 años, Carmen Jordá, se ha defendido de las polémicas declaraciones de Michéle Mouton, curiosamente la presidenta de la Comisión de Mujeres de la FIA, quien de forma inesperada arremetió contra ella dudando de su función en la F1.
Hace unas semanas Michéle Mouton, subcampeona del mundo de rallies en 1982, comentó que no tenía ningún interés en los logros de Jordá. “Si me permiten sugerir nombres de mujeres pilotos que tienen lo que se necesita para llegar a la F1, yo diría Simona de Silvestro, Danica Patrick, Susie Wolff o incluso Beitske Visser”, aseguró Mouton cuando se le preguntó por Jordá.
Afirmó incluso que en el caso de las chicas citadas, todas habían obtenido buenos resultados en su carrera y que otras “han logrado subir la escalera del automovilismo por estrategias de marketing y por razones políticas”.
Jordá, que asiste como piloto de desarrollo de Lotus a todos los Grandes Premios esta temporada y que tiene la esperanza de poder pilotar un monoplaza a finales de este año, ya está habituada a las críticas de algunos de sus homólogos masculinos, pero no esperaba una de este estilo.
“Me sorprendió mucho porque si no conoces a alguien [no la conozco personalmente y ella a mí tampoco] no hablas así. No he tenido la oportunidad de decirle cual es mi programa. Ella lo hizo muy bien en los rallies y nos dio un motivo para creer en el mundo del motor, pero no creo que los rallies y la Fórmula 1 se parezcan demasiado”, comentó.
Jordá afirmó estar dispuesta a invitar a Mouton a una carrera de F1 para que conozca cuál es su función en el programa de Lotus, si consigue contactar con ella, algo que hasta ahora ha sido difícil. “Intenté hacerlo hace dos años pero no lo conseguí. Incluso la invité a una carrera, pero no asistió. Lo volveré a intentar para que compruebe lo que hago en mi equipo y cómo es un auto de F1”, declaró Carmen.
Carmen insistió que le gustaría coincidir con ella en una carrera para enseñarle su programa y poder zanjar de alguna manera la cuestión que más que ayudarla le perjudica.
