Los conductores deberían “tomar la botella” – pero de agua, no de alcohol – para evitar el impacto que la deshidratación puede tener en la seguridad vial.
Mientras los peligros de conducir después de ingerir bebidas alcohólicas son ampliamente conocidos, existe relativamente poca investigación sobre los niveles seguros de hidratación de los conductores.
Un estudio realizado en 2015 financiado por el Instituto Europeo para la Hidratación (European Hydration Institute) y realizado por la Universidad de Loughborough, Reino Unido, descubrió que:
• Los conductores que habían tomado solamente un sorbo de agua (25ml) por hora cometieron más del doble del número de errores en el camino que aquellos que se hidrataron adecuadamente.
• El número de errores fue equivalente a aquellos mostrados por los conductores con un nivel de alcohol en la sangre de 0.08 por ciento el límite máximo actualmente en el Reino Unido.
• Los errores incluyeron frenado tardío, derrapes dentro de un carril e incluso cruce de las líneas en los carriles.
Además, aproximadamente dos terceras partes de los conductores no son capaces de reconocer los síntomas de la deshidratación – cansancio, mareos, dolor de cabeza, resequedad bucal y especialmente tiempos de reacción más lentos.
El simple hecho de beber más agua puede ayudar a resolver el problema. Un estudio efectuado en el 2013, por dos universidades reveló que las personas que consumieron una pinta de agua antes de realizar tareas mentales tuvieron tiempos de reacción que fueron 14% más rápidos que aquellos de quienes no habían bebido.
Para evitar el problema, Nissan implementa una innovadora solución. Considerando que una de cada seis personas utiliza ropa deportiva con tecnología, en conjunto con la marca de diseño holandesa Droog desarrolla un recubrimiento de vanguardia de detección de sudor llamado SOAK, que se ha integrado en un Nissan Juke. Al aplicarlo al volante y los asientos delanteros del Juke, el resultado es un sistema de alerta simple, aunque efectivo, que advierte a los conductores que necesitan beber más agua.
El recubrimiento SOAK funciona de una manera muy sencilla, cambiando de color cuando está en contacto con la transpiración – por ejemplo, en las manos o la ropa de una persona después del ejercicio. Cuando se deshidrata, el recubrimiento SOAK se torna de color amarillo; cuando se rehidrata adquiere un color azul.
