La Reina Isabel II diseñó su propio coche fúnebre con Jaguar Land Rover. Se trata de un Jaguar XJ altamente modificado con el respaldo de la propia reina expresamente para transportar sus restos mortales en el día de su funeral, según ha informado The National.
El coche fúnebre lo diseñó la Casa Real junto a Jaguar Land Rover. En el proceso consultaron a la Reina sobre los planos y ésta aprobó el modelo final antes de su fallecimiento.
El auto luce un acabado en tono Royal Claret, el mismo color que los vehículos oficiales reales y estatales guardados en Royal Mews en el Palacio de Buckingham y utilizados por miembros de la Familia Real para actos oficiales.
El vehículo se usó por primera vez el pasado martes para llevar el ataúd de la Reina a Buckingham Palace tras su llegada de Edimburgo, donde falleció. Después, se utilizó este lunes para trasladar el cuerpo sin vida de la monarca a la Capilla de San Jorge, dentro del castillo de Windsor.
Las miles de personas que guardaron horas de cola para despedirse de la Reina pudieron ver bien el ataúd dados los amplios ventanales y el techo de cristal del auto.
Los tres focos interiores del vehículo brillaron intensamente en la sombría noche londinense mientras iluminaban el ataúd envuelto en un estandarte real con una corona de flores de Balmoral.