Un cliente de Toyota en los Estados Unidos ha visto como la marca japonesa le ofrecía una nueva camioneta por la suya, a la que durante nueve años había realizado uno de los usos más intensivos que tengamos constancia que le hayan realizado a uno de estos modelos. La noticia es que esta nueva camioneta era totalmente gratis, ya que la suya había logrado alcanzar al mágica cifra de 1.000.000 de millas recorridas.
Por Sergio J. Cabrera
Semejante ofrecimiento no solo se debe al uso publicitario por parte de la marca de la camioneta de este usuario, llamado Victor Sheppard, sino porque su Toyota Tundra de 2007 había realizado el millón de millas sin haber tenido que sufrir averías de importancia. Es decir, tras un millón de millas no había tenido que sustituir ni motor ni transmisión, incluso, la puck up cuenta con su pintura original intacta. Por lo que la marca ha pagado a Sheppard con una nueva camioneta del mismo modelo, pero más actual, para poder quedarse la suya, y así poder estudiarla en profundidad.
Lo cierto es que el uso al que ha sido sometida esta unidad es casi único, porque debido a su trabajo, Victor Sheppard ha tenido que realizar desplazamientos que promediaban las 125.000 millas al año. Mientras el vive en el estado de Louisiana, regularmente se desplazaba a destinos en los estados de Dakota del Norte, Wyoming o Virginia.
En menos de 9 años le ha realizado a su Tundra el rodaje de toda una vida, lo que además le ha obligado a visitar el concesionario donde la había adquirido unas 117 veces, para poder realizar los servicios de mantenimiento rutinarios, como los preceptivos cambios de líquidos o lubricantes. Esto hace una media de poco más de una visita al mes, durante todos los meses desde 2007 hasta ahora. Cuando muchos usuarios apenas acuden una sola vez al año.
Ya en manos de Toyota, esta Tundra será desarmada y estudiada en profundidad para poder tomar lecciones de robustez y poder aplicarlas a nuevos vehículos. Esperemos que una vez hayan acabado con la investigación la destinen a un museo, que es donde se merece estar el resto de sus días.
