A la venta en Costa Rica desde marzo del 2019, el Audi e-tron llegó para revolucionar un segmento que hasta ese momento ofrecía, en su mayoría, opciones de sedanes, compactos, o crossover.
El e-tron arribó como un SUV con tracción en las cuatro ruedas, motores potentes y mayor autonomía, y muy importante, suspensión neumática. Estas características claramente le dan mayor libertad para salirse del asfalto, hacer viajes más extensos, y dejar un poco la idea de que los vehículos eléctricos son urbanos.
A finales del 2020, Audi incorporó el e-tron Sportback, un modelo con una caída en la parte trasera más pronunciada, lo que le da un aspecto más deportivo. Adicionalmente al tema de la carrocería “normal” o Sportback, el e-tron se puede adquirir en la versión 50 o 55, cuya diferencia radica en el tamaño más grande de la batería, que le da más autonomía y potencia a la motorización.
Nosotros nos fuimos a probar la versión 55 del e-tron Sportback. Para hacer algo más apegado a las características del auto, decidimos buscar una ruta fuera de la ciudad que perfectamente pudiera hacerse en un fin de semana con la familia, que tuviera carretera de lastre donde fuera útil la suspensión neumática, la tracción quattro y los modos de manejo, y claro está, que nos permitiera ver el tema de la regeneración y autonomía.
Vamos a recordar que este modelo cuenta con dos motores eléctricos, uno en cada eje, con una batería de 95 kWh, y velocidad limitada a 200 km/h. Entrega 408 hp y 664 Nm en modo boost, pero en conducción normal nos da 360 hp y 561 Nm.
Su autonomía homologada según el ciclo WLTP es de 400 km aproximadamente, y se estima que con la recuperación de energía se logra hasta el 30% de su autonomía a través de las frenadas, o rodando por inercia.
La mayoría del tiempo, el e-tron utiliza su motor eléctrico trasero, pero si se requiere más potencia, la unidad frontal se activa. En cuanto a la suspensión, la misma adapta su altura automáticamente al cambiar los modos de manejo, según la superficie por la que se transita.
En superficie plana y con velocidad constante, el e-tron prácticamente va regenerando lo que gasta, la situación cambia cuando se buscan ascensos fuertes como el que realizamos entre Carara y Bijagual de Turrubares, que nos permitió llegar al punto más alto, para luego descender a playa Jacó, ahí vimos como la autonomía se redujo sustancialmente, aunque recuperamos un poco en el descenso.
Como es normal en los autos eléctricos, entre más se acelere a fondo el gasto de energía es mayor, sin embargo esa sensación de velocidad y potencia instantánea es muy tentadora para hacer adelantamientos, o cuando las condiciones de la carretera lo permiten.
A pesar del recorrido, en este modelo no sentimos “ansiedad por autonomía”, ni tampoco necesitamos pasar a recargar a ninguna estación en el camino. Los invitamos a observar todos los detalles en el siguiente video:
