Un propulsor tres cilindros turbo de 2.0 litros que entrega 600 caballos de potencia es la hazaña más reciente de la firma Koenigsegg empleado en su modelo Gemera.
En este modelo el motor térmico se combina con tres eléctricos, la potencia en conjunto es de 1.700 caballos de fuerza. Dos entregan 500 caballos y están en las ruedas posteriores, mientras que un tercero de 400 se encuentra combinado con el eje del cigüeñal del motor térmico en el tren delantero.
Puede funcionar tanto como un motor convencional de cuatro tiempos para adecuarse al “ciclo Miller”, el que Toyota y otros constructores han adoptado para sus motores híbridos además, de multicombustible.
Según Motor 1, la clave para generar tanta potencia recae en la tecnología Freevalve patentada por Koenigsegg, donde cada válvula está controlada electrónicamente de forma individual y accionada por un actuador electro-hidráulico.
Se puede adoptar el momento de apertura y cierre de la válvula, duración de la apertura y optimizar la elevación de la misma, en función de la solicitación del propulsor.
Otro aspecto es que un turbo está unido a tres válvulas de escape y otro a las otras tres. De esta forma, a bajas exigencias de potencia, sólo hay un turbo que trabaja mientras que la segunda válvula de escape permanece cerrada y no hace trabajar al segundo turbo. Ello facilita, además, la desconexión de cilindros.
