El 2019 lo iniciamos con incertidumbre en varias disciplinas del deporte motor. La economía que vive el país se tradujo en retiro temporal de pilotos y falta de patrocinadores, asimismo otros factores como cambio en las juntas directivas fueron aplazando el inicio de las temporadas, los calendarios completos, las sedes, entre otros.
Desde mi opinión como periodista dedicada a los deportes de motor, voy a resumir la temporada de algunas de las principales disciplinas en Costa Rica.
Automovilismo: A pesar de los esfuerzos por mantener vigente el CTCC después de la era del Grupo Nación, el campeonato tuvo altibajos. Carreras como las Tres Horas y las posteriores Endurance generaron optimismo entre todos los involucrados, sin embargo la asistencia se fue diluyendo, las cuentas no salieron, y al final categorías como la Yaris Cup no terminaron el campeonato, por ejemplo.
Una nueva era aparece en el horizonte con el GT Challenge de las Américas, campeonato que está a punto de revivir la GT1 centroamericana, y mantener vigente los CTCC en la pista.
Contrario al CTCC, el Street Racing League se consolidó, incluso con la apertura hacia el público general. En las fechas cada vez son más los autos, y los aficionados siguen respondiendo en las gradas, en el 2020 sería la principal categoría en Costa Rica.
Autocross: Del 2018 al 2019 se notó una baja en los equipos participantes, esto repercutió en la cifra de asistencia a las carreras, el autocross no creció como en los años anteriores. Un detalle importante, ninguna de las tres fechas de este año se disputó en el Valle Central.
Rally: Por más esfuerzos que realizan los involucrados, al no conseguir los permisos para hacer rallies en rutas abiertas el interés de los patrocinadores y el público es muy poco, además es costoso desplazarse hacia lugares alejados donde se consiguen fincas para hacer las competencias. Indudablemente, sigue siendo un hecho que los aficionados quieren ver los autos del Grupo N (especialmente N4) en la ruta, situación que cada vez es más complicada. Es un deporte que continúa estancado.
Kartismo: Una de las disciplinas (talvez la que más) creció este 2019. La incorporación de más pilotos a las diferentes categorías (muchos de ellos mujeres), los cambios constantes en las pistas, que se hicieran carreras nocturnas, crecimiento de asistencia, y hasta transmisión en vivo por un canal de cable, fueron algunos de los logros del Kartismo, disciplina que parece haber encontrado el camino correcto.
Todo terreno: Si bien es cierto que el todo terreno es una de las disciplinas favoritas en Costa Rica, este año el crecimiento de eventos formales y asistencia de aficionados lo convierten en otro de los deportes con mayor interés y crecimiento. Los organizadores deben tomar nota de que si quieren cobertura de la prensa y divulgación, las competencias deben transcurrir de forma más ágil, no pueden terminar a las 6 pm.
Motocross: El cambio generacional en las principales categorías es un hecho. Este año se variaron las sedes de los circuitos, el público mantuvo su promedio de asistencia aunque inclinándose a la baja. En términos generales el campeonato estuvo bien.
Motovelocidad: Se aplaude el esfuerzo por volver a reunir a las motos de circuito en un campeonato nacional con oficialidad, sin embargo tienen muchos aspectos por mejorar en cuanto a logística, desarrollo en la parte deportiva, reglamentos, categorías, etc.
Drift: El campeonato nacional no terminó, ya eso no es un buena noticia. Los costos de organización eran altos y terminaron haciéndose fechas a puerta cerrada, ya después el público perdió el interés. El Drift afronta una nueva era de la mano de la organización de pilotos Costa Rica Drift Series, que en el 2020 tiene como reto retomar el certamen de esta disciplina.
Cuadras: Otro deporte que se vio afectado por la situación económic, que generó el retiro temporal de pilotos, vivió un año de transición. El 2020 se visualiza mejor, ya que algunos pilotos que no participaron han confirmado asistencia.
