Todo inició en Italia cuando el joven Giovanni de Lisi, tuvo la idea de cubrir vías abandonadas del tren con una mezcla de plástico y caucho de neumáticos reciclados para producir energía solar. Esta iniciativa lo llevó a fundar Greenrail, empresa que desarrolla de energías limpias, con sede en Milán.
Con esta tecnología las vías abandonadas ahora serán plantas de energía solar al integrar módulos fotovoltaicos de 35-45 megavatios por hora al año, permitiéndoles abastecer las estaciones, conmutadores y semáforos además, de enviar electricidad a la red eléctrica general.
En sus primeros años, Greenrail, centró toda su inversión en investigación y desarrollo, ahora comenzará la fase operativa. La empresa está negociando su expansión a Estados Unidos, India, Australia, Brasil, Rusia, Uganda y Kazajstán.
“El núcleo de hormigón mantiene las mismas propiedades mecánicas que las traviesas tradicionales. Pero la cubierta de plástico y caucho reciclado ayuda a reducir la erosión del balasto de las vías, absorbe las vibraciones, frena el desplazamiento lateral de los raíles y aumenta la capacidad de carga 40 %”, explicó De Lisi, esto según el medio Intriper.
Entre los beneficios destaca la disminución de costos de mantenimiento de la red en un 50% y hace que las traviesas duren hasta 50 años más que las tradicionales. Por cada kilómetro de vía, estas nuevas traviesas reutilizan hasta 35 toneladas de neumáticos altamente contaminantes y por lo general difíciles de reciclar.
En septiembre anterior, la nueva generación de vigas inteligentes se utilizó en un tramo piloto de la línea italiana Reggio Emilia, en la región de Emilia Romagna, explorando así nuevas fronteras del ‘big data’ y de la conectividad inteligente. La idea de De Lisi, se ha convertido en un viaje sostenible, más seguro y con mayor eficiencia energética.
