Tres semanas han pasado desde que EPA lanzara el comunicado que ha conmocionado la industria automotriz
Una de las consecuencias más directas de la polémica de los motores 2.0 TDI de Volkswagen en los Estados Unidos ha sido la no homologación y por tanto imposibilidad de comercializar todos los motores TDI de la gama, salvo contadas excepciones, incluidos los nuevos en versión 2016.
Esta información fue facilitada el día de ayer por el propio Michel Horn,máximo responsable de la marca Volkswagen en el continente americano, antes de su comparecencia en el Congreso de los Estados Unidos.
Al parecer, una de las primeras medidas directas de Volkswagen ha sido la deretirar la solicitud de homologación ante la Enviromental Protection Agency, la EPA, de todos los nuevos motores de la marca, con la salvedad del motor TDI de 3.0 litros que monta el SUV Touareg, que ya había pasado las pruebas de homologación sobre emisiones que practica la EPA.
Este es otro contratiempo para la marca en ese mercado, con consecuencias imprevisibles para el futuro próximo, ya que si continúa la onda expansiva de esta polémica, como ha venido sucediendo desde que el pasado 18 de septiembre la EPA lo comunicara oficialmente, es probable que muchos mercados puedan seguir el mismo ejemplo, como ya ha hecho Suiza, lo que conllevaría a una ralentización aun mayor de la distribución y por tanto comercialización de los modelos de la marca. El mayor problema al que se enfrentan realmente, la caída de las ventas.
Por el momento, todos los motores TDI no estarán disponibles en la gama 2016 del fabricante germano en los Estados Unidos, aunque también afirmaron que estaban trabajando codo con codo con la citada agencia medioambiental para poder volver a solicitar la debida y correspondiente certificación para dichos motores diésel.
Dieselgate
Hoy precisamente se cumplen tres semanas desde que el 18 de septiembre la EPA lanzara el comunicado que ha conmocionado a todo el planeta, Volkswagen utilizaba un software que falseaba las pruebas de homologación sobre emisiones en los Estados Unidos, algo que tras meses de conversaciones con la firma, finalmente fue admitido por Volkswagen.
Actualmente, dicha polémica se ha extendido al resto del globo, ya que de los 482.000 modelos que inicialmente contaban con este tipo de software y por tanto no están en situación de pasar las preceptivas pruebas de homologación, la cifra aumentó finalmente hasta 11.000.000 de vehículos afectados por este software, a pesar de que en principio estaba diseñado tan solo para pasar la restrictiva legislación estadounidense.
Vía Motoryracing