Argentina aguarda al “Matrimonio Dakar”

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Rosa afronta su tercera participación en motos y Nani persigue el título en la categoría de autos

Rosa Romero y Nani Roma tienen una manera muy particular de pasar las Navidades. Mientras otros esperan a los Reyes, ellos compiten. Lo hacen en el Dakar, que para ellos es el REGALO. “Será un Dakar muy especial para toda la familia. Los niños están muy ilusionados de que corran sus padres y seguirán cada etapa con gran interés. Nani y yo sabemos que apenas nos veremos en carrera, pero coincidir cada noche en el campamento será reconfortante y me tranquilizará tenerle cerca para comentar cómo nos ha ido la jornada. Sé que al final de cada etapa, lo primero que haré será preguntar a los comisarios por mi marido y quién sabe si algún día le veré adelantándome con su Mini”, dice Rosa, que afronta con el Sicart Team su tercera participación en el raid.

Ese club de fans, de incondicionales, lo integran Abril, Júlia y Marc, sus hijos. Rosa sabe de la dureza del Dakar. Recuerdo cómo dijo adiós, con lágrimas en los ojos, en 2012, cuando una avería puso punto y final a la aventura. En 2006 también se fue a casa antes de tiempo tras el accidente de su mochilero, Otger Robert. Pero Rosa, como Nani, como tantos otros a los que estos días despedimos rumbo a Rosario, están hechos de otra pasta. “Correré con una Yamaha de 2011 de carburación muy probada y con un gran mochilero como Alberto Salido, que conoce la moto mejor que nadie. Espero que a la tercera sea la vencida. Soy una luchadora nata y nunca arrojo la toalla”, dice.

Nani sabe lo que es ganar el título, lo hizo en motos en 2004, convirtiéndose en el primer español en lograrlo. Y ahora persigue el trofeo, ese touareg que tanto cuesta, en su Mini All4 Racing del X-Raid. Quiere ser feliz en Valparaíso, donde está la meta. Lo será realmente si en el podio final para quienes cubran los 9.000 kilómetros también está Rosa, su mujer. Juntos. El Matrimonio Dakar.

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