Uno de los objetivos de Toyota de cara al 2025 pasaba por lanzar vehículos electrificados con avanzadas baterías de estado sólido que supusieron un gran avance en comparación con las actuales.
En esta línea, quieren que sus modelos de más alta gama superen los 1000 km de autonomía para solucionar aspectos donde los modelos ecológicos son más débiles.
A principios de verano, el Financial Times, señaló que Toyota había encontrado la forma de simplificar los materiales utilizados para fabricar las baterías de estado sólido, lo que le permitiría reducir a la mitad el peso, el tamaño y el coste de estas.
Por su parte, Car and Driver, dice que, las baterías de estado sólido están llamadas a ser la gran esperanza del vehículo eléctrico, suelen ser más difíciles y costosas de fabricar, lo que limita su aplicación comercial.
Entre sus ventajas se encuentran la reducción de los tiempos de carga, el aumento de la autonomía y el menor riesgo de incendiarse.
Finalmente, Toyota se ha encargado de detallar su plan de desarrollo de baterías para su próxima generación de vehículos eléctricos que llegarán a partir del 2026.
Habrá cinco tipos diferentes, tres de electrolito líquido y dos de estado sólido, acompañadas por mejoras generales a nivel aerodinámico, un menor peso y menor altura de las propias baterías.