En los días de calor, principalmente en verano el aire acondicionado del vehículo se convierte en el mejor amigo para los trayectos, ya sean urbanos o carretera abierta. Sin embargo, existen muchas creencias acerca de este, su relación con el consumo de combustible y el desempeño del auto. A continuación, explicamos el funcionamiento y su relación directa con el automotor.
El aire acondicionado consume más que bajar las ventanas
Usar el aire provoca que el sistema de enfriamiento se accione, por lo cual el consumo en general se eleva hasta en un 15%. Por otra parte, bajar los vidrios cuando se circula a altas velocidades es casi igual que llevar el aire en funcionamiento, esto se debe al aire que ingresa a la cabina y genera mayor fuerza de arrastre.
El aire acondicionado afecta la potencia del motor
Este sistema obtiene energía del motor, cuando este último genera la potencia para abastecer la circulación del vehículo y el aire acondicionado, dividirá el esfuerzo en dos, por lo cual producirá mayor consumo ya que el propulsor pasará a tener revoluciones más altas.
Es perjudicial poner en marcha el vehículo con el aire acondicionado encendido
Este punto solo plica para los vehículos viejos, según el medio el Universal, los propulsores de este tipo de modelos no son muy eficientes y el compresor de carga podría sufrir algún hostigamiento al poner en marcha el automotor.
A partir del 2007 la mayoría de los sistemas están fabricados para apagarse u encenderse automáticamente cuando se desactiva el motor o se pone en marca el propulsor.
Se tiene que apagar el aire cuando se enfrente a elevaciones pronunciadas
Esta creencia es muy común entre los conductores, el argumento es que el aire acondicionado hace que el propulsor trabaje más en una pendiente pronunciada, y en parte es verdadero.
Si bien los modelos de mayor edad tendían al sobrecalentamiento, el sistema de enfriamiento de los propulsores actuales se desarrollan para funcionar en cualquier situación, excepto en las más extremas. La computadora de los autos detecta la potencia ideal para que el conjunto trabaje en el rendimiento óptimo.