DE VUELTA A CASA
Como dice el famoso spot publicitario español, la Navidad siempre es buen momento para regresar a casa con la familia. Y la Fórmula 1 no es menos, ya que con el nuevo año entrarán en vigor los nuevos contratos que, entre otras cosas, certifican el retorno a casa de dos de los grandes protagonistas de la pasada temporada, el de Kimi Raikkonen a Ferrari y el de Nico Hulkenberg a Force India. En este reportaje comenzaremos un viaje para ver como le fue a algunos de los mejores pilotos de Fórmula 1 de todas las épocas en sus regresos al antiguo hogar. Que el espíritu navideño se apodere de todos.
Fangio regresa a Maserati
El Chueco escogió a Maserati como equipo para volver a la Fórmula 1 en 1953 después de un año fuera del por entonces joven deporte. En una temporada de dominio absoluto de Ascari y Ferrari, Fangio solo ganó una carrera y dejó el equipo a mitad de 1954 para subirse al carro de la recién llegada Mercedes. Sin embargo años después el campeón argentino saldó la deuda pendiente con la marca italiana. En 1957, con ya cuatro mundiales ganados, Fangio regresó a Maserati en busca del quinto. Con cuatro victorias en las siete carreras de las que constaba el campeonato, incluida la exhibición de Nurburgring, el Chueco se proclamó pentacampeón y, tras un par de carreras en 1958, puso fin a su trayectoria en Fórmula 1.
Mr. Mónaco necesita a Lotus
Graham Hill, el famoso Míster Mónaco, conocido así por sus hazañas en el Principado, debutó allá por 1958 con el equipo Lotus. Los ingleses, que aún eran unos recién llegados lejos del nivel que alcanzarían pocos años después, no disponían de un gran auto, lo que lastró los resultados de Hill en los dos años que estuvo allí antes de partir hacia BRM. Allí fue donde desarrolló su carrera: logró victorias, hizo sus famosas exhibiciones en Mónaco y, sobre todo, fue campeón del mundo en 1962. Hill ya era una leyenda, pero el poderío de BRM se apagaba mientras que las ganas de triunfo de Mr. Mónaco seguían intactas. Y entonces llegó Lotus. El equipo ya no era lo mismo.
Era 1967 habían pasado nueve años desde su marcha. Aquel equipo novato e ingenuo ahora era una potente estructura en la que el genio Jim Clark lograba éxitos constantes. Sin embargo llegó la desgracia. Clark moría durante una carrera de F2 y la temporada 1968, en la que la superioridad del Lotus parecía manifiesta, quedaba en manos de Graham Hill. El británico no desaprovechó la ocasión y, con más dificultad de la esperada, se llevó el título ante Stewart en la última carrera. Hasta 1970 Hill se mantuvo en el equipo, y tras ello comenzó cinco años de deambular por la Fórmula 1 hasta que se retiró en 1975, año en que también acabaría falleciendo en accidente de avión.
Prost vuelve a McLaren
Aunque los inicios de Alain Prost suelen ser asociados a Renault y su ‘tetera amarilla’ pocos recuerdan que en realidad el francés se estrenó en Fórmula 1 con McLaren-Ford. Con John Watson como compañero de equipo, la marca inglesa firmó su peor temporada hasta el pasado 2013. Sin embargo Prost dio muestras de su talento logrando puntuar ocasionalmente antes de marcharse a Renault. Tras dos temporadas con la marca del rombo, Prost regresó a McLaren para ser participe de una de las épocas más memorables de la historia del equipo y de la propia Fórmula 1. Tres mundiales (1985, 1986 y 1989) y otros tres subcampeonatos (1983, 1984 y 1988) que, junto a sus intensos duelos con Senna consagraron a Alain Prost como uno de los grandes pilotos de la historia.
‘El león’ regresa a casa para ser Campeón
Después de 59 carreras y cuatro temporadas Nigel Mansell decidió volar de Lotus. El destino era Williams. ‘El león’ necesitaba crecer y en el equipo de Grove se hizo un hombre. Ganó su primera carrera (Brand Hatch’85) y peleó por el mundial frente a los mejores pilotos del mundo en 1986 y 1987, pero un reventón en el peor momento en el primer año y la tremenda regularidad de su compañero Piquet en el segundo dejaron a Mansell con dos subcampeonatos y sin el sueño de ser campeón. Un 1988 desastroso le empujó a marcharse a Ferrari, donde las cosas no fueron demasiado bien. Solo tres victorias en dos años y superado con Prost en 1990, ‘El león’ volvió a unirse a Williams en 1991 en busca del sueño del campeonato. Peleó por él frente a Senna en el primer año, pero un accidente en la penúltima carrera le volvió a dejar como subcampeón. No volvería a ocurrir. En 1992 las revolucionarias tecnologías que introdujo Williams en su auto permitieron a Mansell liderar el campeonato con comodidad y ser, por fin, campeón del mundo con una amplia ventaja. Tras ello se fue a la IndyCar, pero aún tuvo las agallas de firmar un tercer regreso a Williams en la complicada temporada 1994 ocupando el lugar del fallecido Senna. Y en la última carrera del campeonato, aprovechando las batallas por el título entre Schumacher y su compañero Hill, logró firmar su 31º y última victoria en la Fórmula 1.
Alonso busca la felicidad en Renault
Tras un año en Minardi, Fernando Alonso llegó a Renault en 2003. Comenzaba una época triunfal con dos mundiales y quince victorias que terminarían con la marcha del asturiano a McLaren en 2007. Sin embargo las cosas no saldrían como Alonso esperaba. La fuerte confrontación con su compañero Hamilton y con su jefe Ron Dennis provocó que tras un año en que perdió el mundial por un solo punto saliese de vuelta a Renault en busca de un equipo que, aunque con un auto inferior, le hiciese feliz. Y eso fue lo que obtuvo, dos temporadas con dos autos mucho más lentos que los punteros con los que solo obtuvo dos victorias y cuatro podios y, para colmo, tuvo que vivir el escándalo del ‘Crashgate’ que acabó con toda la cúpula de Renault fuera de la Fórmula 1. Sin duda un regreso horrible que terminó con su fichaje por Ferrari en 2010. Y ahora que aprietan todo tipo de rumores surge una pregunta, ¿volverá Alonso a fichar por un ex equipo como McLaren? Sea como fuere, esperemos que estos ejemplos sirvan a Raikkonen y Hulkenberg, además de al propio Alonso, para conocer todo el mundo nuevo que puede abrir un retorno a casa. Porque la única segunda parte buena no es la de ‘El Padrino’.