El piloto de Volkswagen tiene todo a su favor para este fin de semana amarrar un nuevo campeonato en el Rally de Barcelona.
Sébastien Ogier y Julien Ingrassia ya tenían una posibilidad matemática de ganar el título en el Tour de Córcega disputado el primer fin de semana de octubre. En aquel momento eso no era la prioridad, pero, su victoria en esa competencia los colocó en una posición más cómoda para este fin de semana en Cataluña.
“Nuestro objetivo era ponernos en una buena posición en la carrera para el título en los rallies de asfalto en Alemania y Francia”; dijo el tricampeón del mundo. “Tuvimos éxito con dos victorias consecutivas. Logramos un buen paso hacia el título y podremos descansar un poco al acercarse la próxima jugada puesto que ya no necesitamos una gran cantidad de puntos para obtener el campeonato”.
En concreto, un podio en la Costa Dorada, sería probablemente el sinónimo de un nuevo título para Ogier e Ingrassia. Un tercer lugar con puntos en el Power Stage les garantizarían el éxito sin importar lo que haga el tercer vehículo de Volkswagen manejado por Andreas Mikkelsen y Anders Jæger. Las posibilidades son peores para Thierry Neuville y Nicolas Gilsoul, tercero en la clasificación provisional pero que matemáticamente tiene un panorama complejo. Ante ellos, Ogier solo tiene que ser décimo y sumar un punto en la Power Stage para amarrar su cuarta corona sin importar lo que hagan los representantes coreanos.
Ogier se enfrenta a un Rally de Barcelona complejo, donde a diferencia de Alemania o Francia, pruebas de asfalto al 100 por ciento. Ahora se enfrentará a una combinación de asfalto, lo que lleva a una complejidad en la puesta a punto de los vehículos.
“Este es el único evento que tiene dos superficies diferentes”, insistió Ogier. “Por eso me encanta esta prueba del Campeonato Mundial.”
Mal recuerdo de 2015
Ogier ha tenido un éxito importante en España pero también dos abandonos en sus primeras tres participaciones en un auto del WRC al volante de un Citroën C4 WRC y un DS3.
Pero en 2015 sufrió con su Polo cuando a pocos kilómetros de la meta, después de dominar el fin de semana, enfrentó problemas, dejando la victoria en manos de su compañero Mikkelsen.
“El año pasado cometí un error en la etapa final, en la Power Stage, que nos costó la victoria. Prometo que eso no va a pasar este año”, dijo Ogier. “Sin embargo, no estoy en España para reparar este error. La oportunidad de ganar el campeonato del mundo en 2016 es suficiente motivación para mí”.
Vía MotorSport