Los organizadores de la famosa carrera de las 500 Millas de Indianápolis, programada para el 23 de agosto, redujeron el acceso permitido de espectadores hasta un 25% del aforo, requiriendo que todos ellos porten mascarilla.
A finales de junio, la prueba anunció que se podría cubrir un 50% del aforo del circuito Indianapolis Motor Speedway, uno de los mayores recintos deportivos del mundo con unos 250.000 asientos.
Después de elaborar el plan de seguridad frente al coronavirus, de casi 100 páginas, “ahora anticipamos la asistencia de aproximadamente el 25 por ciento de la capacidad”, dijeron los organizadores en un comunicado.
“Daremos la bienvenida a los aficionados, y tenemos un plan agresivo en marcha, que se ha desarrollado a través de la colaboración con expertos en salud nacionales, estatales y locales”, afirmaron.
Entre las medidas incluidas en el plan están los controles de temperatura en los puntos de entrada de espectadores, la distribución de los aficionados por las gradas para mantener distancias de seguridad y el uso obligatorio de mascarillas.
“Nuestras instalaciones al aire libre son gigantescas y, con una asistencia de alrededor del 25%, sin duda se verá diferente este año”, reconocieron los organizadores. Pero “queremos demostrar que incluso en las circunstancias actuales, la gente puede reunirse con procedimientos cuidadosamente planeados para no tener que volver a cerrar nuestro país y nuestra comunidad”.
La edición 104 de esta carrera de la serie IndyCar estaba originalmente programada para el 24 de mayo pero la pandemia de coronavirus forzó a aplazarla hasta agosto.
Es la primera ocasión en que la emblemática carrera del Indianapolis Motor Speedway, circuito de 2,5 millas (4 km), se celebrará fuera de su tradicional fecha del mes de mayo en más de un siglo de existencia.
Por: AFP